El Príncipe Fredrick besó la mano de la Duquesa y dirigió a Titania un ligero movimiento de cabeza cuando ésta le hizo una reverencia. Acto seguido, ayudó a Sophie a bajar por la plataforma hacia donde el Primer Ministro y otros dignatarios aguardaban para saludarla. Había una pequeña multitud de gente importante. Sólo a ésta se le permitió acercarse al estrado donde se recibiría a Sophie. Cuando iniciaron el camino hacia el Palacio en carruajes abiertos, Titania pudo ver por primera vez un poco de la ciudad. Era hermosa, como esperaba que fuera. La calles estaban bordeadas de árboles en flor. Las multitudes, en ella, agitaban banderas de Velidos y de Gran Bretaña. Algunos niños, con ramos de flores, corrieron para ofrecérselos a Sophie. La comitiva iba precedida por una de caballería y