Capítulo 2DURANTE los días siguientes, la casa fue una locura. Sophie estaba de mal humor, ya que no terminaba de complacerle su ajuar. Insistió en ir a Londres para otra prueba de su vestido de novia. Ello supuso un alivio para Titania, en tanto en cuanto podía cabalgar cuanto quisiera. No había nadie que le buscara tareas para cada minuto del día. Sin embargo, su temor ante la idea de tener que marchar a Velidos crecía y crecía. Una cosa era viajar con sus padres, a quienes amaba. Otra muy diferente la constituía ir con Sophie, que la trataba como si fuese una sirvienta. No había nadie más con quien pudiera hablar y que fuera inglés. Por lo que sabía, Sophie dispondría de dos damas de compañía naturales de Velidos. Ella sería la tercera y, obviamente, de categoría inferior a las otras.