–Vámonos, de aquí.– Dice Paola tomando su bolso de mano. –¿Qué tanta cosas cargar allí?.– Pregunto, sé que es pesado, lo intente mover. –Aun no estás lista para saberlo.– Me dice con una sonrisa instaurada en los labios. –Me encantaría, que usaras este brazalete de la amistad.– Me dice entregándome una pulsera de brillantes aparentemente delicado, me muestra la de ella. –Gracias es muy lindo de tu parte.– Una vez puesto no puedes quitártelo, aunque lo intentes, como nuestra amistad. –Me dice esa frase psicópata y me asusta un poco, intento retirar el brazalete ¡y no se puede! –Está hecho de un material especial, es irrompible.– Dice con voz cantarina, haciéndome estremecer. –¿Cuántas amigas tienes?.– Le pregunto –Muchas, no tienes idea de cuantas.– –¿Y todas tienen tu brazalete?.