Isabella.
No logré dormir en toda la noche, un montón de cosas pasaron por mi cabeza y nada con claridad como para decir que ya tengo una decisión clara para tomar y no arrepentirme después de que todo este hecho.
Miro la cajita donde tengo toda la plata que él me ha estado dando en estos tres meses, no he gastado ni un centavo de nada de lo que me ha dado como regalo, sino que gastaba lo que era por cuidarle a los hijos, pero el resto lo guardé todo esperando un momento así, en donde salga una emergencia y deba correr.
—Isa. —golpea la puerta con fuerza.
—Ya voy. —me pongo la campera mirándome al espejo asintiendo y salgo encarando hacia la puerta.
—¿A dónde vas?.
—Ya vengo.
—Isabella no tienes permiso de salir.
—Ya vengo mamá. —salgo corriendo antes de que me alcance, llego a l
