CAPITULO LXIX. Insolencia

1103 Words
SAMUEL — ¿Aunque...? — pregunta Fernando — Es una historia que contar — Tenemos tiempo Luego de contarle a Fernando lo ocurrido, encontramos a Andrés dormido adentro de su auto, tuvimos que tocar fuerte en el vidrio hasta que despertó, conduje su auto hasta la casa mientras que él se fue con Fernando en la camioneta. FERNANDO — ¿Estás bien? — pregunto — Sí, es sólo que necesito dormir — Puedes dormir en lo que llegamos — Será mejor que espere, Carmelita me advirtió que me esperaría para cenar — Sí, ella y Luna estaban preparando algo delicioso para la cena, pero si quieres dormirte no hay problema — ¿Estás loco? — Lo digo por tu bien, pero si no quieres dormir, entonces tendrás que contarme todo sobre anoche — ¿Sobre anoche? — Sí, Samuel me contó algunas cosas, esa tal Yoselín o Rocío, como sea que se llame — Ah, sí — Joaquín estuvo preguntando, ¿tienes algo que contarme? — Nada en particular, esa mujer es... especial — ¿Especial? — Sí, pero no como te estás imaginando, ella y yo sólo podríamos ser buenos amigos — Entonces, ¿estás tratando de decirme que ella y tú no tuvieron relaciones sexuales anoche? — Aunque te cueste creerlo, ella y yo sólo somos amigos — ¡No entiendo! Samuel me dijo que los vió muy acaramelados — Y así fue, pero luego cuando estuvimos a punto de acostarnos, simplemente no sucedió — ¿Por? — No lo sé, fue muy extraño, estábamos bien, besándonos, a punto de... pero luego de pronto se apagó la llama y ya no se pudo, comenzamos a platicar hasta que nos quedamos dormidos — Debieron desvelarse platicando — En realidad no, ni siquiera sé porqué estoy tan cansado — Quizá sea el estrés — Probablemente — En cuanto cenes, te metes a la cama y verás que mañana estarás como nuevo — Eso espero... Luego de llegar a la casa, Andrés se dispuso a cenar, muy poco por cierto, pero al menos alcanzó a probar lo que Carmelita y Luna prepararon. Ahora no sé si debo contarle a Samuel lo que me dijo Andrés, considero que será mejor que sea el mismo Andrés quien le cuente. Entonces, Luna, mi Luna, se llevará todo el crédito por haber solucionado el problema de Joaquín. ANDRÉS Me siento sumamente cansado y no sé porqué, realmente, mi trabajo no ha sido tan desgastante como para haber terminado así mi día, quizá sea la cruda, el cansancio del viaje y la reincorporación al trabajo, no lo sé, pero espero que mañana sea diferente, ya que tengo mucho que hacer. Mi compromiso con el buffet sigue en pie y no soy de los que empiezan algo y lo dejan sin terminar así nada más porque sí, al menos espero tener una buena razón para abandonar el proyecto. Anoche ni siquiera tuve relaciones con Rocío, estábamos platicando y cuando menos lo pensé ya estaba despertando en la mañana, ni siquiera tuve tiempo de hablar con ella respecto a Joaquín y el otro nombre que les dió a él y a Samuel. Fernando aún no sabe que estuve en su casa, debo decírselo antes de que se entere por otro lado, y no es que insinúe que Samuel sea un bocón, pero cualquier vecino podría hacerlo en cualquier momento y prefiero evitar malos entendidos. Me dirijo a verlo para hablar. — ¿Fer? — le hablo en cuanto lo miro, él está saliendo de su habitación — ¿Sí? Ya te ves descansado, ¿todo bien? — responde — ¡Como nuevo! De hecho me tengo que ir a trabajar, pero necesito hablar contigo antes de cualquier cosa — Bien, pero acompáñame a la cocina que Camila pronto exigirá su biberón Ya instalados en la cocina, aprovecho para preparar café en mi cafetera, es un grano de café exquisito que mando a pedir desde uno de los principales estados productores del país y aunque no me gusta compartirlo, mi nueva familia es un caso especial. — La otra noche... mis amigas querían conocer mi casa y bueno, yo quise darles el gusto e impresionarlas — ¿Las trajiste aquí? Ni siquiera nos dimos cuenta — Es que en realidad no vinimos aquí, las llevé a otra casa — No sabía que tenías otra casa — No, en realidad no es mía — ¿Y de quién es? — De un buen amigo que tendrá que disculparme por mi insolencia — ¿Él no lo sabe? — No, no lo sabía, hasta este momento Fernando me lanza una mirada de esas que si asesinaran, ya estaría a tres metros bajo tierra, se ha quedado mudo y ha adoptado una postura seria, ¡nunca debí hacer eso! — ¿Y porqué harías algo así? — pregunta mirándome a los ojos y fingiendo que no se ha dado cuenta de la indirecta mientras estruja el biberón para mezclar los ingredientes — Como dije — estoy nervioso y no puedo sostenerle la mirada, por lo que reviso el café, es obvio que todo está bien, sólo quiero distraerlo — quería impresionarlas, él tiene una casa hermosa, elegante y sola, se me hizo demasiado fácil teniendo yo sus llaves, pero en cualquier momento se las puedo devolver para evitar que ocurra de nuevo algo así — Debo llevar el biberón, por favor espérame aquí para continuar hablando del tema — ¿Pero no estás enojado, verdad? — pregunto justo cuando va saliendo sin lograr obtener una respuesta. FERNANDO Entro a la habitación y veo que Luna y la bebé ya se han despertado — Buenos días, dormilonas — ¿Porqué no estás aquí para abrazarte? — Lo siento, Andrés me secuestró — Ese Andrés es un envidioso, te quiere sólo para él, lo acusaré con Samuel — Seguro que Samuel lo pondrá en su lugar — ¿No te quedas a dormir otro ratito? — No, mi amor, el acaparador de Andrés me está esperando en la cocina, tiene algo importante que decirme — Suena como algo muy serio, espero que todo esté bien — Yo me encargo, no te preocupes, ¿te traigo un café? — Mejor ahorita bajo para almorzar juntos — Perfecto — Aquí está el biberón de la niña — le entrego el biberón — Muchas gracias De regreso a la cocina, Andrés sigue allí esperándome, ahora Samuel lo está acompañando y puedo escucharlos murmurar. — Entonces, Andrés, ¿estás tratando de decirme que tú y Samuel estuvieron, la otra noche, con mujeres en mi casa y sin mi consentimiento? — pregunto...
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