CAPITULO XIII. El juego

1034 Words
FERNANDO Estoy atando a Luna a la cama, necesito crear las condiciones perfectas para hacerla disfrutar al máximo esta noche, quiero devolverle la maldición para que cada vez que piense en sexo, se acuerde de mí como yo de ella, así sabré que no soy el único que sufre por la lejanía. LUNA Tengo mis ojos vendados y las manos atadas a la cama, estoy un poco nerviosa y ansiosa, a la vez, no sé cuál es el juguete que encontró el señor Rivera, ¡muero de curiosidad! Puedo escuchar que viene para acá, me pregunto porqué ha demorado tanto. El silencio aumenta mi nerviosismo, no sé si deba preguntar o decir algo, tampoco sé qué esperar, nunca imaginé que el señor Rivera tomara el control de la situación y mucho menos de esta manera, siempre pensé que yo debía cedérselo, pero él ha sido astuto, realmente me impresionó. — Señor Rivera — Shhhh — Me está poniendo nerviosa — Lo sé El señor Rivera colocó su dedo sobre mis labios para indicarme el silencio que debo guardar y yo obedezco cuanto puedo. Comienzo a sentir un pequeño cosquilleo por mi pie derecho, va subiendo suave y lentamente por mi pantorrilla hasta llegar a mi muslo, eso me hace abrir un poco las piernas, el señor Rivera retira mi ropa interior, es una tanga negra que se ata a los costados, ahora siento ese cosquilleo por mi parte íntima, un par de segundos y he dejado de sentirlo, supongo que esa es la pluma, ahora está subiendo por mi otro pie, es excitante, se detiene otro par de segundos en mi entrepierna y se regresa por la parte interna de mis muslos, es una zona muy sensible y él lo sabe, ahora puedo sentir la pluma subiendo oor mi vientre poco a poco, pero no llega a los pechos, se los ha saltado para pasarse a la parte interna del brazo izquierdo, ¡sí que sabe de zonas erógenas! Se detuvo, supongo que cambiará de lado ¡qué rico! Se siente muy bien, al terminar con mi brazo derecho se pasa al cuello y a la oreja, luego a mis labios y a la otra oreja, me da un pequeño beso y vuelve a lo suyo. Está descubriendo mis pechos, ambos, no los ha besado como esperaba, pero el cosquilleo está regresando s mi vientre y alrededor de mis senos, ¡me estoy mojando! La pluma está pasando por mis senos, ¡se siente genial! Ya quiero que me coja! Está dando un pequeño beso de lengua a uno de mis senos, ¡qué bien! Se ha pasado al otro, ha sido rápido con su lengua y ha regresado con la pluma en ellos, ¡realmente sabe lo que hace! Escucho un pequeño sonido que no logro identificar, una gota de algo ha caido sobre mi pecho, ¡está helado! ¿será algún comestible? Me agrada la idea. Oh, no, siento algo muy frío en uno de mis senos y luego en el otro y creo que se empieza a derretir, ¡un hielo! Mis senos están perdiendo sensibilidad con el frío, el hielo ya no está, supongo que se derritió porque siento el pecho mojado, está jugando con su lengua y mis senos, mmmm, le está devolviendo el calor, su lengua es rápida, siento cómo los toma con sus dedos y palpa un poco, ¡él saber jugar este juego! Los aprieta y puedo sentir de nuevo el cosquilleo, ¡la pluma es magnífica! Eso me enciende cada vez más. El cosquilleo ha bajado hasta mi zona íntima, estoy tan caliente que apenas logro sentir la pluma, necesito algo más fuerte y duro que me haga gritar. Las gotas frías refresan a mi cuerpo, ha dejado caer una en cada seno y vuelve a pasar la pluma por ellos, esta vez siento un poco más rápido sus movimientos, me gusta, el hielo lo ha vuelto a posar sobre ellos, lo mueve hacia los lados de cada seno para enfriar muy bien a cada uno, no sabía que en los senos podía sentirse tanto y tan rico, la pluma está de nuevo en mi intimidad, esta vez no pasó su lengua por ese par, mis piernas están poco abiertas y así como estoy el sigue pasando la pluma allí abajo, con sus dedos toca un poco, ¿estará midiendo lo hinchado que están mis labios vaginales de tanta lujuria? Su lengua ha tomado parte en este encuentro, me encanta como hace el sexo oral, ha sido rápido, no me dió tiempo de nada. — Señor Rivera, no se detenga, está muy cerca — Sssshhh Él ha vuelto a meter su lengua como le pedí, pero de nuevo ha sido rápido. — Señor... Está tapando mi boca con su mano para que no hable — Habla demasiado, señorita Villanueva, tendré que castigarla — ¿Ah, sí? Con estas palabras lo estoy retando a que me castigue, porque sus castigos siempre son unas embestidas exquisitas, pero esta vez me he equivocado, el señor Rivera no hizo lo que debía, ahora me ha tapado la boca con un pañuelo, ¡este sí es un castigo! Puedo escuchar de nuevo el sonido del hielo, está dejando caer otro par de gotas sobre mis senos, pero está vez no los ha pasado en ellos, las gotas se sienten también lor mi vientre y se están pasando a mi zona íntima, está usando el hielo como una especie de consolador, se siente bien a pesar del frío, la pluma vuelve a tener lugar, cómo le gusta alternarlos y hace bien, la experiencia es única y excitante, ¡muy excitante! Sus labios me están besando el cuello, está quitando el pañuelo de mi boca y me besa, mete su lengua y mordisquea mis labios, ahora está bjaoa mis pechos, de nievo juega con mis senos y su lengua rapidamente, no puedo verlo, pero puedo sentir su pasión, su lengua vuelve a meterse entre mis piernas, lo hace tan bien, los gemidos comienzan desatarse, no me ha dejado llegar al clímax, se detiene unos segundos y luego me embiste sin aviso, me está dando duro como me gusta, llegaremos juntos al orgasmo.
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