CAPITULO XI. Malentendido

1059 Words
LUNA ¡Ay, no! Las tres chicas de la otra mesa sí me escucharon y por sus expresiones no les agradó lo que grité, pero de verdad son tan patéticas tratando de imitarme. Vienen hacia mí, creo que voy a vomitar, pero no por ellas, este tequila está tan bueno que me excedí un poco bebiendo, Joaquín ya se percató de que las chicas malas se acercan, lo digo porque son malísimas en baile sexy y no porque me intimiden, creo que quieren unas clases conmigo, pero no estoy disponible, ja, ja. ¡Espera! No se ven muy amigables, lo que no saben es que soy cinta negra en karate... bueno, amarilla, o.k. no, pero me siento tan bien en este momento que juraría ser mejor que Bruce Lee. — ¿Así que te crees mejor que nosotras? — dijo la lider de la manada — No, querida, no me creo, ¡soy mejor que ustedes! Les daría clases, pero soy una mujer muy ocupada y no tengo tiempo para ustedes — Nos caen mal las presumidas como tú — replicó otra — La verdad me tiene sin cuidado lo que la gente piense de mí — No te caería mal una lección — ¿Suya? Ja, ja, ja, ay, por favor, ustedes ni cosquillas me hacen — ¿Qué pasa aquí? — interrumpió Joaquín — Nada, éstas personas sólo quieren unas clases de baile, pero ya les expliqué que no me junto con zorritas Una de ellas intenta abofetearme, a lo que yo reacciono rápidamente tomándola de la muñeca, Joaquín se disculpa por los inconvenientes que he causado y me toma de la cintura para sacarme del lugar, me niego a salir, pero él me carga como un costal de paoas hasta la camioneta, Samuel corre para alcanzarnos, un ooco despeinado para su estilo, se nota que ha estado muy entretenido, ni cuenta se ha dado de lo que ocurrió adentro del antro. — ¿Qué pasó? ¿Porqué salieron así? — cuestionó Samuel — Pasó que, como siempre, Luna causó problemas, unas muchachas querían golpearla porque las insultó — respondió Joaquín — ¡Nunca las insulté! — repliqué — Pues se veían muy molestas, dudo mucho que estuvieran mintiendo — ¡De verdad que yo no hice eso! — ¿Quieres contarme qué pasó, Luna? — Samuel se acercó a mí para escucharme, algo que Joaquín debería hacer de vez en cuando — Que te cuente mientras nos vamos — dijo Joaquín Mientras Samuel conducía, me escuchaba pacientemente, luego terminamos bromeando los tres, aunque Joaquín seguía molesto conmigo. — ¿Y a ustedes cómo les fue? — pregunté, pero ninguno de los dos respondía, así que insistí — ahora resulta que ustedes son unos santos — Mañana me regresaré a casa — comentó Joaquín — ¿Y eso? — Mi hijo está por nacer y no quiero perderme ese momento — ¡Ay, qué tierno, hermanito! Pero no me cambies la conversación, bien que te vi besando a una mujer, ¡qué digo besando, casi te la cogías delante de todos! — Fue un error — Pero te gusto, ¿o no? — Luna, deja de preguntar incoherencias — Puedes decir misa, Joaquín, pero yo sé lo que vi y en ningún momento te noté mortificado. Y tú Samuel, te perdiste por largo rato ¿eh? — Ya casi llegamos al hotel, ¿se les antoja algo de cenar? — Otro que me cambia la conversación. Oero sí, quiero una hamburguesa de ese puesto — Enseguida, señorita — Pero ni creas que ese es el precio de mi silencio — ¿Y tú, Joaquín? — Sí, también. Aunque también quiero saber ¿eh? — Hasta la boina se te perdió, mira nada más cómo te dejaron todo despeinado — comenté — Esa rubia es muy fogosa y es todo lo que diré — Y se ve que te traía ganas — Pero dinos la verdad, Luna — sugirió Joaquín — ¿tuviste algo que ver con nuestras conquistas de la noche — No, claro que no. Ellas preguntaron por ustedes en el baño, yo sólo les dije que son mis hermanos muy tímidos — ¿Y ellas se acercaron a tí para preguntar por nosotros? — No exactamente, pero desde lejos supe que eran las indicadas para ustedes — Sí, claro. Si no te conociera, te la compraba, pero es obvio que te urgía deshacerte de nosotros para armar tu desgorre — No entiendo porqué desconfías tanto de mí Luego de ello, regresamos al hotel a descansar. Al día siguiente Joaquín se marchó, pero claro que antes de irse, discutimos de nuevo por lo ocurrido. FERNANDO Nuevamente me despedí de mi esposa, mis suegros también emprendieron su camino rumbo a la playa, los tres se fueron pensando que Joaquín era el nuevo novio de Luna, por lo que los celos se difuminaron, ahora soy libre de visitarla. Voy camino a la habitación de Luna, alcanzo a escuchar que Joaquín la estaba aconsejando porque va de regreso a su ciudad, dijo que su hijo está por nacer y debe estar con su esposa en esos momentos, ¡estoy muy confundido! Además la está regañando y le dice que debe portarse bien o la acusará, a lo que Luna replicó con gran destreza. — No es justo, ya soy un adulto, por favor ¡deja de comportarte como niño, Joaquín! — Lo haría si supiera que te comportarás como tal, hermanita — ¡estoy sorprendido!, todo este tiempo sintiéndome celoso de su hermano, ¡qué tonto soy! — ¿En serio son hermanos? — pregunté — Sí — respondió Joaquín — y te voy a suplicar que te hagas cargo de mi hermanita, aunque ya es un adulto, sigue siendo caprichosa y testaruda, por favor, ¡por favor no dejes que se meta en problemas! Y llámame en caso de cualquier atrocidad que ella ocasione. — ¿Atrocidad? ¡Yo no hago esas cosas Joaquín! — se defendió ella. — Sobria no, pero ebria sí y últimamente bebes de más, así que ¡te prohíbo beber! — ¡Tú no puedes prohibirme nada! — No, pero si puedo pedirle a Fernando que me ayude a evitarlo. — Por supuesto, cuenta con ello — respondí de inmediato, así me aseguraría que Luna no se fuera a la cama con cualquiera.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD