Dos semanas antes…
Me alumbraba las estrellas que les coloque en la sala, las mismas que le regale en su cumpleaños y que me hacían sentir cerca de ella, prendo el reproductor y empieza sonar In This Shirt de The irrepressibles, agarro mi botella que se ha vuelto mi mejor amiga y bebo sin parar a ver si el dolor se apacigua. Así pasaron las horas hasta que veo de nuevo a Andrés frente a mí.
— ¿Tienes una llave del departamento? — usa su risa sarcástica.
— Es de Donna y, en vista de que los vecinos se están quejando una vez más, decide hacerte compañía.
— ¿Vas a hacer que deje de beber? — niega.
— Te vengo a acompañar.
Se sienta a mi lado, se sirve un vaso y sube el volumen de la música bajo mi mirada.
— ¿Tan mal están las cosas con la zuracita?
— Tan mal que he pensad
