Después de la muerte de Tita, la vida en Al Paraíso cambió por completo, ya que Doña Antonia decidió que Matilde necesitaba otro tipo de educación ahora y que ya era suficiente de clases privadas, tutores y libros, por lo que Leo tomó su papel como administrador de tiempo completo, sustituyendo al anterior que, al enterarse, se retiró con honores poniéndose una borrachera de aquellas que le duró días.
Leonardo Montero, al ser administrador de Al Paraíso significaba mucho trabajo todo el día y que, por ende, era la mano derecha de Don Enrique, además de sus oídos, ojos y representante ante los trabajadores. El joven se notaba con un aire diferente, más adulto, más maduro y responsable y, con la nueva ropa que ahora debía ponerse, un poco más cómoda para andar en caballo y por los cafeta
