Con los primeros indicios del sol atravesando la oscuridad de una helada noche de luna llena, Alex, al igual que los otros lobos, alzaron su cabeza hacia el cielo y aullaron ante una noche llena de… Terror. Así fue como Alex había sentido su primera carrera en manada luego de mucho tiempo. Cuando Elliot le había expresado que la carrera de luna llena solo era una caza de omega donde el placer del alfa era atormentar, perseguir y dañar, lo había comprendido. Cuando Isaac le había explicado el tormento por el que pasaba especialmente su potencial a pareja aquella noche en específico, también lo había entendido. Y aunque había escuchado a ambos, seguro que ahora sí podía comprender el sentimiento desagradable y tormentoso que habían mostrado cada uno al explicarle. Y había descubierto que