Elliot alzó su hocico al aire y contempló a través de las ramas de los árboles como el sol ya estaba a punto de ocultarse. Eso solo indicaba que pronto, los lobos irían detrás de ellos. Sus orejas se movieron capturando un sonido, inmediatamente observó a su alrededor en busca del origen y al no encontrar nada, siguió corriendo hacia su primer escondite, donde sería su punto de encuentro con Alex. ¿Confiaba en el plan del alfa? Tenía sus dudas realmente, pero debía de admitir que era más seguro cambiarse de escondite con un fuerte guardia protegiéndolo que solo. Y realmente… Fuerza era lo que más debía de tener Alex Rollins a juzgar por la complexión de gran cuerpo y sus músculos. El alfa había tenido la decencia de darle la espalda, otorgándole algo de privacidad mientras se desnudaba