Una hora después, el amigo de Nick llegó a la mansión. —Leonardo, al fin llegas —saludó Nick a ese hombre joven mientras lo abrazaba. —Así es, al fin ya estoy aquí. —Respondió Leonardo. —Es bueno verte, Leonardo. —Dijo Glenys mientras lo abrazaba. —Gracias segunda madre, jeje… Tu debes de ser Alice, ¿verdad? —Preguntó Leonardo. —Si, mucho gusto. —Le respondí mientras le extendía mi mano. —El gusto es mío, eres mas bella en persona. —Gracias Leonardo. —Le respondí. —Vamos a mi despacho Leonardo, quiero que me cuentes todo. —Le dijo Nick. Me quedé en la sala de la casa sentada en uno de los sofá junto a Glenys. —Se ve que son muy unidos. —Le dije a Glenys. —Lo son, se criaron prácticamente juntos, me atrevo a decir con el dolor de mi alma que Leonardo lo conoce más que yo misma.