Sus labios eran tal y como los recordaba, la suavidad de su piel bajo la yema de mis dedos me enviaba a otro plano, no podía describir la sensación que causaba esta mujer en mí, para ser sincero nunca en mi vida me sentí tan vivo, no al menos de esta manera, el boxeo me hacía sentir vivo y completo en muchos aspectos, ella… ella me llenaba de una forma distinta, la suavidad en su piel, el calor de su cuerpo, su perfume floral, la forma en que sus labios se movían sobre los míos, siguiendo cada movimiento como si lo hiciera a diario. Hannah llevo su mano a mi nuca mientras las mías aferraban sus caderas, temía que se alejara si la soltaba y no estaba dispuesto a perder este contacto, mucho menos ahora que lo había conseguido. Desde que la vi entrar desee saltar sobre ella y besarla, quería