Me remuevo en mi cama inquieta, no sé qué me pasa por la cabeza, lo bese en el hospital, dios bese a un paciente en el hospital, eso va contra las normas, uno no puede ir por ahí besando pacientes por más bueno que este el paciente, uno no debe hacer eso. Tal vez no debería ir en unas horas… a quien engaño me muero por ir, no es como si tuviera experiencia en esto, la verdad es que no la tengo, no mentí cuando dije que jamás había hecho eso.
Si tuviéramos que hablar de mi repertorio en el amor solo encontraríamos dos nombres Jason y Erick. Jason fue mi novio en la adolescencia, él en cierta forma me comprendía, sus ojos marrones como el chocolate, sus dientes blancos como la nieve y su piel igual de bronceada que la mía, Jason era todo lo que una mujer quisiera tener, buen cuerpo, alto, m
