Marie se recuperó al accidente y al shock de saber que su madre, como siempre, había pensado primero en sí misma y en su hermano que en su bienestar. Cuando le llamó para saber si iría por ella, le regañó por preguntar semejante idiotez mientras ella se encontraba trabajando. Tenía que suponerlo, ¿No? Ella no es su hermano. Marie duró un día más en el hospital y la factura de el mismo resultó siendo similar a lo que gastaría en un hospedaje en algún lindo hotel playero. Salió con la angustia en el pecho mientras lidiaba con las muletas, ¿De dónde sacaría tanto como para cubrir esas deudas? Sorprendida vio dos caras muy conocidas fuera de el hospital y no pudo evitar sentir una inmensa calidez inundarle el alma. -¡Tempesty!¡Mónaco! El sacerdote tenía una sonrisa en su rostro y unos l