Corena habló como si estuviera retando a Lord Warburton y sin casi dudarlo, él respondió con los siguientes versos de amor, Todos somos sombras, pero cuando el brillo viene de la mano de los dioses, entonces la luz celestial cae sobre los hombres, y la vida se vuelve toda dulzura... Mientras pronunciaba aquellas bellas palabras con voz profunda, el sol pareció iluminarlos a los dos con la luz que provenía de Grecia. Corena se volvió para mirarlo. Cuando sus ojos se encontraron, Corena sintió que estaban hablando en el idioma del Olimpo. Ya no habría problemas ni dificultades porque juntos estaban por encima de todo. Ella tuvo la inexplicable sensación de que Lord Warburton estaba pensando lo mismo. No había por qué tener miedo ya que ambos eran una sola persona y nada podía dividirl