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Yo venía escapándome muy bien de ese encargado, pero algún ser superior que me odia metió su mano en mi camino y me hizo toparme con el idiota de "Erikson siempre uso pantalones largos muy cools". Ahora voy camino a la dirección para un castigo seguro por entrar al baño de hombres a amenazar a un par de jugadores estrella de la escuela. Es que ya me cansé de ver cómo molestan a todos, y sobre todo a los chicos que son más pequeños de físico. Ni siquiera se detienen a pensar en el otro que recibe sus abusos, en cómo los hace sentir o hasta dónde les afecta sus constantes insultos y humillaciones. Ya no podía esperar a que alguien se dignara a ayudar asique (en realidad no lo pensé muy bien) me metí en la puerta en la que ellos entraron. Ahí comencé a gritarles que ya era hora que dejaran de molestar a todo el mundo creyéndose superiores a todos y que solo esos actos demostraba lo poca cosas que ellos eran. Los chicos me miraban sin decir nada y solo ahí caía en la cuenta que me encontraba dentro del baño de hombre, y que varios chicos, que no tenían nada que ver con la situación, estaban ahí parados, ruborizados y mirándome, y el chico que quise defender también se quedó con sus ojos muy abiertos mirándome. Ante esta situación me dí vuelta dispuesta a salir, y, con toda la suerte que venía acompañándome, me encuentro de frente con el encargado del piso. Me quedé unos segundo mirándolo y lo primero que se me ocurrió hacer fue salir corriendo mientras el hombre mayor me gritaba que me detuviera. Al doblar en una de las esquinas, con el plan de llegar a las escaleras que me ayudaran a llegar a la terraza donde tenía un lugar ya pensado para esconderme, me encuentro de frente con Erikson, sonriéndome me frenó e hizo que mi perseguidor me alcanzara.
Ahora estoy sentada en la puerta del director Harald, esperando mi turno para charlar con él. La puerta se abre y sale un estudiante que tenía cara de enojo, pero miraba al piso mientras caminaba, lo sigo con la mirada y siento la voz gruesa y característica del director pidiéndome que ingrese a su oficina. Como siempre sucede en estos casos, siempre hay algún otro adulto que acompaña al director mientras habla con los estudiantes. Dicho docente se encuentra ahí con la finalidad de ser testigo de todo lo que pase y dar una visión "imparcial" de la situación. Para mi buena fortuna el día de hoy esa tarea le tocaba al profesor Gormsson.
-Siéntese - me dijo el director señalando una silla frente a su escritorio a la vez que cerraba la puerta de la oficina y se acomodaba en su escritorio.
El profesor Gormsson se apoyó en una estantería llena de libros que se encontraba a la derecha de la oficina. Era evidente que miraba con expectación la historia que estaba por escuchar, realmente se entretenía escuchando las situaciones en las que se metían los estudiantes, y en general consideraba mis momentos los más entretenidos de escuchar.
-Bien- me dice el director- tengo entendido que esta vez... - y lee una hoja que se encontraba delante de él -... entraste al baño de hombre - dijo entornando los ojos - ¡y amenazaste a un par de estudiantes allí dentro! - exclamó con sorpresa. - ¡Ahora sí te superaste! - rió, no porque estuviera de acuerdo con lo que había hecho, sino porque realmente no esperaba esa situación.
-Sí, pero bueno... no fue tan así... - dije yo tratando de comenzar a explicar, ante esto el director me hizo una seña de que continuara con mi monólogo. - Yo vi como ellos molestaban a otro chico que solo trataba de continuar su camino a clase - dije evidentemente nerviosa y atropellándome con mis palabras.- Entonces, se enojaron porque el muchacho del que se querían burlar no les prestó mucha atención, lo tomaron del brazo y lo metieron al baño... yo no me dí cuenta que era el baño, - dije rápido tratando de aclarar esa parte- pero no lo pensé y entré...- y así continué toda mi historia tal como lo había vivido mientras ellos me escuchaban hablar sin detenerme ni interrumpir.
Finalmente terminé de contar toda la situación y solo ahí el director se puso de pie acercándose al lugar donde estaba parado el profesor que hacía de testigo. Ambos dijeron algo por lo bajo y me miraron. Si bien el director era un hombre imponente realmente daba esa aire de calidez y comprensión que los estudiantes muchas veces necesitábamos. Me miró fijo y señalando la puerta habló.
-Está bien, creemos que es importante que los estudiantes defiendan lo que creen justo - dijo mientras abría la puerta - Te vamos a dejar ir esta vez con un llamado de atención, ya que solo es el segundo día de clases y no queremos tener estudiantes castigados tan rápido... PERO- remarcó- ¡no volverá a pasar nunca más!
-Nunca más - le respondí mientras salía de allí con una sonrisa en los labios y lo más rápido posible.
-Vaya que esa niña sí que es única - comentó el director al profesor que estaba aún dentro de la oficina.
-Sí, pero no tiene malas intenciones, sólo no aprende a controlar su temperamento - le respondió éste- ¿Café? - preguntó cambiando de tema
-¡Por supuesto! - respondió el director a la vez que se estiraba -. Lo necesito más que nunca luego de tantos estudiantes desfilando por la oficina.
Y ambos caminaron hablando de cosas de la escuela hacia la sala de profesores para disfrutar de un pequeño descanso antes de retomar las clases.