Janelle Hale.
—¡Ash! —
Golpeó con fuerza una piedra hasta partirla por la mitad Maldita sea ¿Por qué de todos lobos me diste al más imbécil? Luna de pacotilla
Perra eres cuando quieres diosa luna.
Me tiró colocando mis patas delanteras dejando que el aire me refresque y aleje el enojo que hay en mí, pero nada de eso funciona.
¿Y si la mato? No, olerian su putrefaccion, después me culparian y adiós manada.
También tengo la opción de envenenarla nadie sabría que fui yo, pero tarde o temprano la verdad siempre sale.
Maldición solo la quiero lejos de él, lejos de mi mate.
No he vuelto a la manada desde que salí prácticamente huyendo de allí antes de cometer un asesinato, cierro mis ojos dejando que el canto de las aves me tranquilice y el sonido del arroyo tranquilice mis sentidos alterados.
No corrí muy lejos, pero si lo suficiente para estar lejos de ellos y del olor tan tentativo de Eros y el asqueroso de su mugrosa amiga.
Dolores Mongomery, ha sido “amiga"de Eros desde sus inicios en la secundaria, la chica se resbaló y Eros como un buen caballero la salvó, mejor hubiera sido que ese mismo día se hubiera muerto.
La chica es una tonta, pero eso ya es normal en ese grupito de amigos, Eros el que los lidera, luego siguen, Diego y Félix.
Para mí mala suerte conozco a esos niños desde que usaron pañales, era su niñera junto con Ares, todo esto hasta que llegaron a su adolescencia y no necesitaron más de mis servicios.
Debí cobrar por esos tiempos.
Buena jugada diosa luna, juntar a dos personas que se odiaban y conocían desde siempre y volverlas mates, vaya mereces un premio condenada bruja loca.
Hacer que nuestro lazo floreciera para divertirte.
¿Y si ya había florecido antes?
Pero es imposible aunque mis recuerdos estén un poco confusos después de aquél día.
Maldita sea la diosa es astuta.
Mi pecho vibra, me levanto de salto cuando la presencia de extraños se siente en nuestras tierras.
Aulló con fuerza corriendo con todo lo que tengo agudizando mis sentidos.
Escucho los gruñidos, alaridos y zarpasos de los lobos.
¿Ese olor?
Grupo con fuerza cuando divisó a los invasores.
Maldición ¿Cómo lograron pasar nuestras defensas? ¿Tan rápido sintieron a Atenea?
Sin importarme mi propia vida salto agarrando del cuello a uno de esos malditos lanzándolo lejos.
—¿Cómo entraron estos malditos a nuestro territorio? ¿Quién dejó pasar a estas alimañas?—Gruño enojada causando el pavor en los lobos.
—Lo-mento be-ta yo creí que eran had-as.—Gruño en respuesta, mirando como se agrupan protegiendo a Valimor el lameculos del rey de las sadhas.
Entierro mis garras en la tierra al percatarme que es un lobezno aún.
—Ve con él alfa e informa que ellos entraron.—Asiente corriendo hacia la manada.
Me agrando cuando se mueven, mi pelaje se eriza mostrando mi descontento y enojo.
—No tienen permitido entrar a nuestro territorio.—Me vuelvo humana mirando al líder, el cuerpo lobuno de uno de nuestros guerreros se mueven hasta tapar mi desnudes dejando a la vista mi rostro, bajó la vista encontrándome con Diego mirando hacia los invasores mostrando sus caninos.
—Miren a quien tenemos aquí ¿Tan importantes somos que él alfa envió a su perra de tiempo? —Mi sangre empieza a hervir y deseo con todas mis fuerzas encajar mis caninos en su cuello —Que gusto verte de nuevo, Janelle .—Gruño enojada cuando dice mi nombre de forma asquerosa, los demás lobos se mueven para protegerme.
—¿Que quieres asquerosa hada? No hada no, verdad que ya no debo llamarte así, ya que ellos te expulsaron .—Sonrió orgulloso cuando intenta acercarse a mí —Verdad que el rey de las hadas te expulsó y ahora ¿Qué es lo que eres? —Llevo mi mano a mi mentón —Ah sí, una asquerosa sadha —
—Tú perra .—Lo toman de los brazos cuando intenta llegar a mi.
Lo miró y le sonrió, sabe que me estoy burlando de él.
—¿Deseas volar? —
Esa fue la gota que derramos el vaso, se lanza hacia mi siendo interceptado por Diego, salta hacia atrás tomando su mano derecha con la otra.
Las hadas son seres creados por la diosa luna, se encargan de mantener el equilibrio en el bosque de las almas, su deber es proteger con su vida ese bosque.
Cada una de ellas está bendecida por un don que la diosa luna le brindó y eso se destaca en el color de sus alas y símbolos.
Agua, tierra, fuego y aire.
Pero no todas tienen este don, solo las descendientes de las cuatro familias pueden merecer este regalo de la diosa, las demás brindan su luz al volar. Se mantienen ocultas cuidando del bosque.
Pero uno de ellos fue maldito por querer más, por querer salir al mundo y someterlo.
Hay fue cuando nacieron las sadhas, son lo opuesto a la creación que la diosa luna, las sadhas son hadas que se dejaron llevar por la codicia, el ego, la lujuria y el veneno de ser los reyes, ellos solo desean el poder y por esa razón la diosa les arrebató su poder, ahora son seres oscuros que atacan a todo ser que ellos vean con potencial para devolverles su magia.
Y este sadha Valimor es él segundo al mando, el segundo con más fuerza oscura y él que sale a hacer los trabajos que su rey quiere.
Ellos están detrás del poder que la diosa luna les da a las mates, tua'cantente, almas gemelas y ram de todo ser sobrenatural.
Él quiere el poder que ellas tienen en sus parejas.
Pero no busca a cualquier pareja, ataca a los líderes de la manada, ataca a sus compañeras o compañeros, busca a las o los compañeros de las cabezas, de los líderes.
—Lo sabes muy bien .—Erizo mi pelaje gruñendo.
—Temo decirte que pierdes tu tiempo, por encima de mi cadáver entra a mi manada—
—A tu cuerpo le haré muchas cosas antes de entrar a tu manada .—Un gruñido fuerte se escucha retumbando la tierra y sacudiendo los árboles.
Miró por encima de mi hombro mirando a dos impresionantes lobos, uno color mostaza y esos ojos rojos que hacen temblar a cualquiera, el lobo blanco como la nieve me mira con fastidio, esos ojos rojos hacen vibrar mi cuerpo.
Su imponente presencia nos abraza.
¿De quién fue? Miro desorientada a todos lados y los lobos están igual que yo.
—Es mejor que te vayas por dónde viniste, lo que yo te haga será poco comparado a lo que te hará mi alfa —
Un olor a agrio me hace sonreír.
—¿Miedo? —
—Jamás —
—Eso no es lo que me dice tu olor .—Mis ojos brillan con deseo de matarlo.
—¿Qué haces desnuda ante un hombre que no es tu mate? —Ya se había tardado.
—Como si a mi mate le interesara .—Me encojo de hombros y Ares niega.
—Que tu mate sea un imbécil no te da el derecho de andar en cueros —
—Ya lo sabes .—Suspiro tomando el puente de mi nariz, si él lo sabe todos lo saben.
Quiera ocultarlo hasta saber qué hacer con ese idiota.
—Lo sospechaba y con tu respuesta me doy cuenta que mi hermano es tu mate —
Me da una mirada que la entiendo perfectamente, mi cuerpo empieza a cambiar hasta que quedó en cuatro patas.
Sin darme tiempo de saber que pasa Ares se lanza por encima de mí empujando a uno d ellos lejos de mi cuerpo, abro mis ojos y esquivó las garras de unos de ellos.
¿Desde cuándo tienen garras?
—¡Despierta ahora!—La voz fuerte de Eros me hace girar a verlo.
Nos quedamos viéndonos su pecho sube y baja aceleradamente, abre sus ojos, se lanza para moverme, pero rápidamente nos muevo hacia un lado esquivando una cuchilla que roza mi mejilla peluda.
Enojada brinco hasta él bastardo que me lastimo, encajando mis caninos en su cuello, entierro mis garras traseras en sus hombros y me levanto sacando su cabeza lanzándolo lejos.
Me sacudo con fuerza cuando uno de ellos aterriza en mi lomo, gruñó e intento morderlo, aulló adolorida cuando algo caliente entierra en mi lobo.
Salto volteando mi cuerpo y al caer al suelo con él debajo de mí, gruño mostrando mis caninos.
Mi pecho sube y baja, el ardor en mi lobo me incentiva más, levanto mi pata aplastando su cabeza manchado mi pelajecon su sangre morada. Sin quedar satisfecha entierro mis garras en su estómago retorciendolas hasta sacar sus intestinos.
Abro mi hocico y haciendo presión con mi garras para desmembrarlo, me sacudo intentando sacar su asquerosa sangre de mi pelaje.
El olor de mi mate me envuelve calmando mi agitado corazón, trayendome a la realidad, parpadeo varias veces mirando todo a mi alrededor.
Inhaló profundamente llenandome de su olor, ronroneando por él inconscientemente.
—¿Estás mejor? —
Lo miró pero el no me devuelve la mirada.
—Si .—Me desquite con alguien —Pero desde ya te digo que si ella me molesta, la mato y no importa que Ares intenté detenerme —
—No dudo de tu palabra, así que me asegurare de que ella no se acerque a ti—
Tampoco la quiero cerca de tí, pero poco a poco.
Me da una última mirada dejándola más en mi lomo, se da la vuelta dejándome allí.
¿Es o se hace?
No me preguntó cómo estoy, maldito infeliz, debería rechazarlo, pero la sola idea hace helar mis huesos y estrujar mi corazón, nuestro lazo de mate está haciendo más fuerte minuto, segundos o horas que pasan, lo siento en cada parte de mi cuerpo, mis sentimientos están a flor de piel y ni loca se lo dejo a otras chicas.
Además ya estoy aceptando esto y ese chiquillo será mío.
Eros D'Angelo es mío.
Dándome bien servida empiezo a correr hacia la manada detrás de Eros y su aroma solo me hace jadear deseosa.
Me detengo en seco cuando él lo hace, le gruñó y pasó por su lado golpeando mi cola con su hocico.
Un grito me hace hacer una mueca y al ver al frente a la luna correr hacia mí asustada.
—¿Luna podrías dejar de gritar? —
Ella pega un brinco y me mira alarmada.
—¿Janelle? —Asiento hacia ella, se acerca a mí mirando mi herida con horror.
—Madre mía, mira esa herida .—Me alejo cuando intenta tocarla —Lo siento ¿Y tú qué clase de mate eres? —Voltea a ver a su cuñado que abre sus ojos y luego bufa.
Está chica cada vez me agrada más.
Con mucho dolor vuelvo a ser humana, jadeo adolorida y aprovecho el momento para reposar mis manos en mis rodillas, mostrando mi trasero de más a mi mate.
—¿Te duele mucho? ¿Estás bien? ¿Qué necesitas? ¿Te ayudo? ¿Llamó a -
—Tranquila luna yo me encargo —
Mi madre se aproxima mirando mi herida con cara de preocupación.
—Estaré bien dentro de unos minutos —
Un gruñido leve me hace sonreír me erguio echando mi cabello hacia atrás cubriendo mi trasero, tomó una respiración profunda cuando la herida me da un latigazo, pero eso no quita mi sonrisa.
—¿Disfrutando las vistas, querido? —Le hablo por la mente, lo miró por el sima de mi hombro, muerdo mis labios.
Sus ojos rojos escanean mi cuerpo sin pudor alguno, trago con fuerza y de pronto el pudor toca mi cuerpo.
—Jan, vamos adentro debo curar eso —
Asiento hacia mi mamá, me doy la vuelta pero antes de dar un paso vuelvo a mirar por encima de mi hombro al niñato que tengo por mate.
—Espero y hayas disfrutado mucho de las vistas, Eros —Escuchó como gruñe, da media vuelta, me ve por última vez, bufa para luego empezar a alejarse —Mira chucho pulgoso, si siento dolor por tu culpa te juro que te castro—
—Te estás diciendo chucho pulgoso a ti misma también .—Ruedo los ojos siguiendo a mi madre.
—Pero no me ofendo ya que lo digo con cariño.—Su gruñido estremece mi cuerpo—Estás advertido, Eros si siento dolor porqué te fuiste a coger con otra te castro—
—Como digas, tranquila no me voy a coger a nadie, tal vez a ti si te cogería, pero no quiero tocar tu cuerpo—
—Tu niñato de —
—Se que te encanta mi pene y mis bolas, solo por eso aún no te cogeré, no quiero responsabilidades—
No le respondo de alguna forma lo que dijo me dolió mucho, se que él no quería una compañera, un amarre tan temprano es lo último que él desea y eso me duele.
Esperé años para encontrar a mi mate y vengo y lo encontré en un chico de diecisiete años.
Tu y tus juegos diosa.
—Mamá, ¿Papá y tú la tuvieron fácil? —
—No tan fácil, había una loba que estaba enamorada de tu padre, ella se negaba a qué tú padre encontrará su mate desde cachorro.—Su semblante se vuelve serio desde que empezamos a subir —Fueron años difíciles, ella estaba obsesionada con tu padre, no había un día donde no estuviéramos en paz, siempre ella llegaba y lo arruinaba todo o me hacía la vida imposible —Da un largo suspiro—Pero también fueron buenos años, aprendimos a confiar más en el otro, amarnos mucho más y tener mucha paciencia —
—¿Qué fue de esa loba? —Ella me da una mirada y sus ojos brillan, por ellos pasa un reflejo verde, abre la puerta de mi cuarto y nos introducimos.
—Lo único que te puedo decir es que ya no está aquí .—Me sonríe y mis vellos se erizan.
Creo que lo sádico no lo saqué de mi padre.
—Ve a darte una ducha, para que te saques toda esa sangre, estaré aquí esperando para curarte —
Abro el grifo del agua fría dejando que corra por mi cuerpo, todo rastro de la sangre de los sadhas desaparece.
Cierro mis ojos cuando me dispongo a lavar mi cabello, imágenes de Eros llegan a mí mente, mi corazón se acelera viendo como se toca diciendo mi nombre una y otra vez, mi respiración es un asco, muerdo los labios, mi parte íntima se empieza a humedecer, coloco mis manos en la pared intentando sostenerme, pegó un brinco cuando siento sus manos calientes por todo mi cuerpo, su aliento en mi cuello sus labios justo donde su marca irá.
Un gemido es liberado por mi, cuando sus dedos hacen contacto con mi entrada, abriendo mis labios vaginales metiendo un dedo, sus gemidos son música para mis oídos, se corre gritándome mi nombre, para después sonreír maliciosamente.
Vuelvo a sentir el agua fría en mi cuerpo, pero todo mi cuerpo está caliente.
—Maldito desgraciado —Gruño enojada y muy excitada.
¿Cómo se le ocurre hacer eso? Jugar con mi mente, eso es caer bajo.
—Él niñato quiere jugar, pues juguemos que gane el mejor —
Escucho su risa y eso me incentiva.