Punto de vista de Kyra
-Sonríe, Londres. Este es tu momento -me susurró Layton al oído mientras caminaba por el pasillo.
Nerviosa es una subestimación de cómo me sentía. Mis palmas estaban sudorosas, mis rodillas temblaban y mi cara ardía.
Llevaba un precioso vestido de sirena que obviamente era un vestido de diseñador. Debe haber sido Lisa quien lo eligió porque todo era de su gusto.
Había puesto mucho esfuerzo en mi aspecto por primera vez en mucho tiempo. Esperaba que al menos estuviera bien.
Temía este momento. Siempre había soñado con que mi padre me acompañara por el pasillo, pero el destino tenía otros planes. Al menos Layton estaba allí. Sabía que en el fondo todavía tenía debilidad por su hermana menor.
Finalmente llegamos al altar y allí estaba de pie junto a mi futuro marido.
Tal vez me perdí el momento, pero no me había mirado ni una sola vez. Su cara estaba pegada al sacerdote y no se veía tan feliz. Diablos, no parecía feliz en absoluto.
A pesar de todo eso, todavía me sorprendió lo guapo que era sin esfuerzo. Se veía aún mejor en persona.
Era alto; más alto que yo con un cuerpo por el que cualquier mujer moriría. Su pelo era rubio oscuro y sus ojos de hielo esmeralda. Parecían fríos, pero sorprendentemente esa era su mejor característica en mi opinión. Tenían un misterio que aún no había descubierto.
Eran como un bosque. Uno en el que me perdería. Nunca antes me había imaginado la idea de perderme, pero si pudiera perderme en su bosque, me ofrecería como voluntaria felizmente.
Intercambiamos votos matrimoniales y todas las cosas necesarias. Incluso su voz me hizo temblar. No era un escalofrío normal. Era algo intenso, algo íntimo y algo que nunca había experimentado antes.
Cuando llegó la parte del beso, mis mejillas estaban enrojecidas. En mi mente me imaginé un beso dramático como de las películas. Un beso que me daría las llamadas mariposas.
Una vez más, la realidad hizo una broma completa sobre mi imaginación. Era un simple picoteo en la comisura de los labios. ¡Eso no contaba como un beso!
Había pensado que era gracioso que me dieran mi primer beso el día de mi boda, pero ahora era aún más divertido. Todavía tenía labios vírgenes incluso después de la recepción de mi boda.
Todo sucedió tan rápido que en poco tiempo quedé atrapada en el coche del multimillonario. Perdóname, el coche de mi marido, que ahora también era oficialmente mío, ¿verdad?
Era una limusina y su aroma inundó el coche. Me llenó completamente las fosas nasales y me intoxicaba la mente. Pronto llegaría a oler su olor en un ángulo más cercano y pasaría mis manos por su cabello tan sexy.
Sin embargo, una cosa me molestó. No me había hablado ni me había mirado. Estaba escribiendo furiosamente en su teléfono móvil con las cejas tejidas. Parecía distraído.
No tenía ni idea de cómo funcionaba todo esto de la esposa, pero tuve que intentarlo, oye. Me aclaré la garganta suavemente para recibir la atención que no recibí.
Vale, tal vez era demasiado blanda. Lo he intentado de nuevo.
-¿Necesitas algo? -me pidió fríamente con toda su atención todavía en su teléfono.
Su voz era como música para mis oídos a pesar de la frialdad que sostenía.
-Umm, estaba pensando que, como no nos conocemos, tal vez podríamos empezar con presentaciones -empecé a hacer todo lo posible para alzar un poco la voz.
No ha respondido. Empezaba a sentirme rara.
-Así que soy Kyra Casella... Bueno, Mont...
-Sé quién eres. No me casaría con alguien cuyo nombre no conozco.
Bueno, eso fue una sorpresa. Vale, tal vez solo estaba siendo tonto e inmaduro. No tenía ni idea de cómo funcionaba esto y él tampoco estaba ayudando. ¿Era así como se comportaron todos los recién casados o es solo en mi caso?
-¿Qué tal si me cuentas más sobre ti o tal vez yo iré primero? -pregunté más de lo que dije.
-No hay nada que decir.
-Bueno, así que te hablaré de mí en tu lugar. En primer lugar, me gusta…
-¿Puedo conseguir un poco de paz, por favor, y tu voz siempre es así? Si es así, lo siento, pero es irritantemente baja.
Mi corazón se detuvo de repente. Sus ojos estaban ahora puestos en mí y de repente me sentí consciente de mí misma.
Sus ojos sostenían esa mirada intensa que Layton siempre me daba milisegundos antes de golpearme con sus palabras.
Nunca dejaría de reconocer esa mirada intensa que me advertía de que un volcán estaba a punto de entrar en erupción.
-Jay, no entiendo que…
-No me llames Jay. Nunca puedes llamarme Jay. Solo mis amigos y familiares pueden llamarme así -me escupió venenosamente.
Mi corazón ahora actuaba como un pájaro enjaulado que se lanza contra mi caja torácica.
-Pero yo soy tu esposa.
-No te atrevas a tirarme esa mierda a la cara. Para el mundo, ahora eres mi esposa, pero lo real es que todo esto es solo un arreglo.
Su voz se levantaba y amenazaba con romperse. Su cara estaba roja de furia y sus nudillos se habían vuelto blancos.
-No lo entiendo. Sí, esto está arreglado, pero pensé que estabas de acuerdo con esto.
Las lágrimas eran inminentes. Los estaba frenando, pero cualquier punto sería un punto de quiebre lo suficientemente pronto.
-En caso de que nadie te lo dijera, nunca quise este matrimonio. Todo va en contra de mi voluntad. No podemos ser marido y mujer.
-No digas eso, por favor. Prometo intentar ser una buena esposa para ti. Si no te gusta mi voz, la cambiaré. Intentaré ser más sutil.
-¿Y si te digo que odio todo sobre ti, entonces qué?
-Cambiaré por ti.
Mi padre siempre me había dicho que nunca cambiara por alguien que no me amara porque alguien me amaría por lo que yo era, pero esto era diferente. Mi corazón se mantuvo firme. Estaba lista para hacer cualquier cosa para que esto funcionase.
-Entonces eso me dice lo barata e indigna que eres.
Mis lágrimas finalmente cedieron. Estaba martillando mi corazón. Esto fue un demolición de nervios.
-¿Qué está pasando? Nunca te había conocido antes, pero parece que tienes algo fuerte en mi contra.
-Solo tenías que entrar en mi vida en el momento en que todo era hermoso. En realidad, pareces contenta con este arreglo".
-¿Arruiné algo precioso para ti?
-Sí. ¡Sí, lo hiciste! No puedo estar con el amor de mi vida ahora mismo gracias a ti. Ella es mi todo. Mi mundo. Quería que estuviera en el altar conmigo. Quería hacerle votos matrimoniales.
-Tienes un...
-Sí, tengo novia y no voy a terminar las cosas con ella. Si alguien tiene derecho a ser mi esposa, esa es ella -la adrenalina inundó mis venas. ¿Estaba enamorado de otra mujer? Por lo que parece, esto no era solo un amor ordinario. Estaba enamorado de esta mujer de cabeza. Sus ojos estaban ahora tristes. Podía ver el intenso dolor y tristeza en sus preciosos ojos. El hecho de que yo fuera la causa de este dolor apuñaló mi corazón palpitante sin piedad.
Estaba al borde de las lágrimas. No sé por qué, pero me dolió miserablemente verlo en esta terrible condición-. Es preciosa. Ella tiene todo lo que siempre he querido en una mujer. La quiero. Estoy locamente enamorado de ella -confesó mirando sus manos temblorosas como si ella estuviera allí.
Escuchar a Jayden confesar su amor por otra mujer me destruyó hasta la médula. Estaba muy claro que no tenía ninguna posibilidad con él.
-¿Y yo? -de repente me arrepentí inmediatamente de haber dicho esas palabras.
Claramente estaba invitando a las críticas. Ya me había llamado barata e indigna. ¿Qué más quería?
-No eres nadie para mí. Estás lejos de mi gusto. Nunca podremos ser ni siquiera amigos. Aléjate de mí y no intentes nada que me haga olvidar que soy un humano.
Sus palabras tenían mucho mando y autoridad. Me hicieron temblar. El coche se detuvo repentinamente. Supongo que estábamos "en casa".
Jayden dejó el coche cerrando la puerta en mi cara manchada de lágrimas. El chófer tuvo la amabilidad de abrirme la puerta y troté detrás de Jayden, que ya estaba a la entrada de "la mansión".
Abrí las puertas e irrumpí. Parecía un cachorro perdido corriendo tras él, excepto que los cachorros son monos. Me veía horrible y las lágrimas que caían en cascada por mis mejillas se sumaban al horror.
Finalmente me detuve después de una larga lucha con mis tacones dolorosamente largos. Jayden ya estaba subiendo furiosamente.
-Jay -una suave voz dulce de nectarina llamaba.
Esa voz parecía detenerlo en seco. Mi curiosidad entró en acción y me dirigí a la lujosa sala de estar de donde había venido la voz angelical.
El shock me mantuvo inmóvil. Me sorprendió la vista que tenía ante mí. Una señora estaba allí. No solo una Chica normal como yo, sino una fascinante y hermosa mujer esbelta.
Llevaba un sexy vestido de vendaje cruzado de manga larga que rezotaba y complementaba perfectamente sus curvas flexibles.
Ella era más alta que yo por pulgadas. Su cara era angelical con cálidos ojos de chocolate y su rímel acentuaba sus pestañas de bateo. Sus rasgos estaban dispuestos en su cara a la máxima perfección.
Su pelo era un rico tono castaño y estaba bien mantenido. ¿Por qué me resultaba tan familiar?
Jayden parecía respirar hondo y su pecho empezó a elevarse de nuevo. Vi una versión diferente de mi marido caminar por las escaleras rápidamente.
Era diferente del hombre con el que había interactuado en el coche. Parecía suave, tierno y cariñoso. Estaba a distancia de la señora que ahora pensaba que era su amante.
Parecía no pensar en sí mismo como digno de acercarse a ella. Parecía angustiado.
-Kylie, lo siento. Todo esto es culpa mía. Debería haber luchado por nosotros. Debería haberlo hecho...
Kylie. Ahora sabía quién era. Era la mejor amiga de Lisa. Obviamente, este fue un juego perdedor para mí.
-Jay, no es culpa tuya. Todavía te quiero de todos modos y más si eso es posible porque estoy saturada de amor por ti.
Incluso Kylie había estado llorando. Sus ojos estaban rojos e hinchados y parecía que se volvería a descomponer pronto.
-Te quiero, Kylie. Siempre lo he hecho y siempre lo haré. Nadie se meterá entre nosotros. Ni siquiera este matrimonio -le aseguró.
Sus lágrimas le perturbaron. Eso me di cuenta. Mis lagrimas no parecían desconcertarlo ni un ápice.
-Todo lo que necesito de ti es una cosa ahora mismo. Necesito la seguridad de que todavía te tengo. Necesito sentirte cerca de mí, cariño.
Oh. Acaba de llamar a mi marido cariño.
-Cualquier cosa, cariño. Solo di la palabra y haré cualquier cosa por ti.
-Bésame.
Sencillo y directo. Acababa de pedirle a mi marido que la besara. Me sentí completamente invisible.
Mi corazón se rompió en un millón de pedazos cuando caminó hacia ella por impulso cerrando completamente la brecha entre ellos.
Sus deliciosos labios se estrellaron inmediatamente contra los de Kylie. Mi mundo se desmoronó.
Así que resultó que era la otra mujer en mi propio matrimonio. El beso no fue un beso sucio, hambriento y exigente. Fue lento, apasionado y perfecto. Sus labios estaban bloqueados moviéndose en perfecta sincronización.
Las manos de Kylie estaban serpenteadas alrededor del cuello de Jayden profesionalmente y él la tenía firmemente colocada en sus brazos por su cintura en forma de decantador.
Eran amantes apasionados. Tenían experiencia y la técnica. Yo no tenía experiencia. Solo era una persona común en asuntos del corazón.
¿En qué estaba pensando? Nunca sería seducido por alguien como yo. Estaba completamente fuera de mi alcance.
Kylie envolvió sus piernas bronceadas alrededor del torso de Jayden mientras el beso se calentaba. No era un beso normal. Fue extraordinario. Todo sobre este multimillonario era extraordinario.
El beso los llevó a los dos arriba, probablemente a su dormitorio. Permítanme decirles que "disfrutaron de su noche de bodas".
Estaba demasiado ocupado para mí. Nunca se preocuparía por mí. Nunca obtendría el amor que anhelaba.
Me quedé atrás haciéndome una fiesta de autocompasión. Me duelen los ojos por llorar. Mi constante lloro probablemente había sido música de fondo para los tortolitos.
Estaba agotada, así que me fui arriba para encontrar mi dormitorio donde se había puesto mi equipaje. Me llevó una larga lucha, pero finalmente lo logré.
Me derrumbé en la cama y el sueño inmediatamente se apoderó de mí. No tenía el poder de cambiarme o ducharme. Solo esperaba que a la mañana siguiente me despertara de esta pesadilla riéndome de lo tonto e irreal que había sido todo.