Después de darme una ducha rápida, me dirijo a las bolsas que Bárbara ha traído. Mi mirada se detiene en una tarjeta pegada a una de ellas, con la inscripción: "Esto lo escogí para ti, dame el gusto de usarlo para mí." Al abrir la bolsa, encuentro un vestido n***o que destaca por su sensualidad y elegancia. La tela es suave y delicada, evocando los trajes que solía llevar para ir a la empresa. Sonrío al tocarlo, y al probármelo, veo que se ajusta a la perfección, acentuando cada curva de mi cuerpo con gracia y mostrando el pequeño bultito de mi bebé haciéndose notar. Me arreglo el cabello en una cola de caballo pulcra, sin dejar una sola hebra suelta, y me maquillo con el estuche dorado que Bárbara ha tenido la previsión de incluir. Con cada pincelada de maquillaje, siento una transform