La escena. Esta mañana decidí que mi mejor ejercicio sería sacar a Freya y dar un paseo; así que, me puse mis pantalones y botas de equitación junto a una polera blanca. Luciano, el jefe de cuadra, me indico que camino tomar y hasta donde es recomendable que de mi paseo. Debo admitir que el lugar es impresionante, y el aire fresco me ayuda a despejar un poco la mente y mitigar la soledad de estar en una casa donde me detestan. Resoplo al recordar cómo esta mañana Gianluca me vio cuando bajé al salón. Él y Evelina estaban hablando en voz baja y cuando se percataron de mi presencia solo me dieron una mirada desagradable. «Al aparecer la llegada de Salvatore le sentó bien a la doña». Tuerzo el gesto mientras avanzo por el camino. Le pregunté a Molly si sabía dónde estaba Salvatore y me