Finalmente, había terminado mi segundo semestre, con excelentes calificaciones en todas mis materias. No crean que para mí, todo era diversión, chicas y fiestas; tenía un estilo de vida que mantener y para que mis padres me siguieran patrocinando, debía mantener un promedio bastante alto. Tampoco era tan difícil, de hecho, soy muy bueno para el análisis, lo que me permite comprender y memorizar diferentes temas en poco tiempo. No tenía la necesidad de pasar todo el semestre metido en los libros, puesto que, con sesiones cortas de estudio en el transcurso de la semana, me bastaba. Bueno, como les decía, terminó el semestre y era hora de celebrarlo. Por lo menos, para quienes salimos bien, así era. Los de nuestro grupo, del segundo semestre, planeó algo muy básico, ir a la disco. Pero est