2.

826 Words
La noche se había llegado, incluso nos fuimos a dormir hasta muy tarde, no dejaba de contarme de ese novio suyo, ya ansío conocerlo, Emma ha tenido siempre unos gustos horribles, de seguro este tipo es uno más, no es que la critiqué, pero ella en su mayoría consigue tipos horrendos, en todos los sentidos, se enamora muy fácil, yo, suelo ser más selectiva y sobre todo apasionada. Ya es de día y me alistó para ir a la escuela Llegué a la escuela, Annie estaba recargada en un auto y fumando, vaya forma de empezar el día, yo prefiero más tomarme un delicioso café que un cigarro, me acerco a ella y la abrazo, me preguntaba desesperadamente por mi tarde de ayer con Jeremy, yo le conté todo e incluso sobre la llegada de Emma y del chico de la tienda de ropa, tal vez era algo tonto, pero no olvidaré a ese chico, solo fue algo pasajero, pero es que no me había tocado ver a un chico tan hermoso y atractivo —Quiero ir al centro comercial Annie, comprar algo para Emma, no sabía que llegaría, así que necesito comprarle un obsequio —Pero ¿qué hay de Jeremy? Dijiste que tenían pendiente el proyecto —Oh, sí, bueno, le dirá que vaya con nosotras, ¿te importa? —Para nada, por mi encantada—ella sonrió coqueta, yo me reí después de ella Las clases seguían, como buena alumna cumplía con mi educación, nunca recibían quejas mis padres, incluso recibían felicitaciones por mi mejor esfuerzo. Salimos de la escuela, hable con Jeremy y él acepto. Los tres nos fuimos al centro comercial, Annie no paraba de coquetear con él, él solo se ruborizaba y sonreía, vaya, pensar que soy una pervertida, Annie está quitándome el puesto, aunque, yo no me muestro así tan fácil, ella lo hace en forma de quitar su timidez —Basta Annie o harás que él se vaya—yo caminaba delante de ellos, solo escuché las risas de ambos —Ya, está bien, ¿qué le gusta a Emma? —Le gustan los vestidos, los dulces, ammm los animales —Bien, animales, no creo que tus padres dejen tenerlos en tu casa, los dulces podría ser, pero mejor un vestido sexy —Excelente, ayer miré uno de color rojo, podría gustarle ese, Jeremy, ¿tienes problema en que vayamos rápido a la tienda? —Para nada, está bien Fuimos a la tienda donde mire ese vestido, cuando me acerqué al aparador ya no mire el vestido, maldita sea, entramos a la tienda y pregunte por él, me dijeron que un chico se lo había llevado, solo había uno igual, pero en color n***o, ¿cómo es que siendo una tienda grande no existan más vestidos? Annie me sugirió medírmelo para ver que tal se veía, tal vez en n***o no este tan mal, pero siempre he pensado que un vestido rojo se ve más apasionado —Se te ve hermoso, me gusta más para ti—ella me tomaba de las manos —Si bueno, pero es para Emma no para mí —Te ves hermosa Love—Jeremy me miraba de arriba abajo, ¿acaso está mordiéndose los labios? —Gracias, ¿podrías ayudarme a bajar el cierre?—Jeremy lo iba a hacer, pero Annie lo hizo primero Fue un momento algo tenso, mientras me encontraba en los vestidores, Annie me dijo que irían por un helado, yo solo le pedí uno de chocolate. Salí con el vestido en mano, checaba que estuviera en orden, que no tuviera alguna falla, ya que siendo el último vestido, puede tener un error, fui hasta la caja y me topé de nuevo con aquel chico de ayer —Hola—le dije con mucha seguridad —Hola—él sonreía, se veía hermoso —¿Ahora compras ropa de mujer?—pregunte burlona y a la vez coqueta, ¿qué diablos me pasa? —Algo así, ya compre algo, pero mire algo más y me gustó —Yo también mire algo y me gusto—lo mire de arriba abajo, con mis dedos jugaba con mi cabello —¿Y tu nombre es lindo como tú?—sujeto mi mano, vaya, estaba muy caliente su mano, yo estoy ardiendo —Podría ser, me llamo Love—él sonrió y frunció el ceño —Vaya, es la segunda vez que escucho este nombre, un gusto Love—beso mi mejilla, podía quedarme cerca de él, olía demasiado bien —¿Y tu nombre es lindo como tú?—repetí sus palabras —Mi nombre es....... —Disculpe, señorita, pero ¿pagará el vestido?—la chica apenada de la caja me interrumpió, maldita sea —Si claro—deje de mirar a aquel chico hermoso, podría jurar que mis mejillas estaban rojas —Adiós Love—él se fue con una bella sonrisa, maldita sea no supe su nombre
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