-Bueno chicos, están oficialmente casados. Puedes besar a la novia, Fernando. Tanto el corazón de Constanza como el de Fernando se detuvo, las mariposas dentro de sus estómagos se elevaron. Una vez que los labios se rozaron, un acelerón en el latido de los corazones. -¡Que vivan los novios! -se miraron por un instante y luego se abrazaron. -Perdón por ser abusivo -susurra al oído de ella. -Tampoco es que beses feo -respondió entre risas. Fernando inhaló y exhaló tratando de calmar ese sentimiento que de un momento a otro surgió. Siempre puede controlarlo y hoy no sería la excepción. Se daba ánimo así mismo. Pasaron divirtiéndose toda la tarde y hasta la medianoche. La celebración les había hecho beber de más. Caminan abrazados hasta la habitación. -Princeso, eres… eres muy guapo. -T