—Princesa… —quiso hablar y fue detenida. —Silencio. —pidió colocando su dedo índice en los labios de ella. Tragó saliva y, cuando se proponía hablar, la voz de aquella mujer la detuvo. —Fer… —hablaron desde atrás. Fernando cerró los ojos y la miró sobre el hombro. —Fer, ¿ya le contaste a esta mujer que estoy embarazada? —Constanza suspiró profundo, porque su corazón ardía en dolor, bajó la mirada y lentamente soltó las manos de Fernando. —Creo que debo irme. —Mordió su labio y dio dos pasos. —Pequeña… —murmuró al detenerla del brazo. —Esta noche hablaremos, no faltes. Se miraron sobre el hombro soltando varios suspiros. Ella le sonrió y le plantó un beso en la mejilla. Fernando cerró los ojos y suspiró profundo. Diana miró a Constanza con ojos afilados, si las miradas mataran ya la ha