Los Hijos de la Mafia

Prólogo

En una sala oscura y lúgubre, Antonella Mancini, La Madrina de la mafia italiana, se encuentra atada de manos y pies. La mirada decidida que suele caracterizarla se ha transformado en una mezcla de miedo y confusión. Enfrente de ella, Benjamín Cortés, un ex capo colombiano con sed de venganza, sostiene un arma que podría cambiar su destino en un abrir y cerrar de ojos.

El arma, una pistola fría y amenazante, está siendo manipulada por Cortés, quien parece disfrutar del macabro juego al que está sometiendo a Antonella. La ruleta rusa, una pesadilla que solo podía haber surgido en las mentes más siniestras, cobra vida en ese oscuro rincón. Cada clic del tambor de la pistola resuena como un latido acelerado, un recordatorio constante de la fragilidad de la vida.

Antonella, quien hasta hace unos años era una feliz niña que disfrutaba de la sencillez de la vida en Colombia, saboreando arepas y compartiendo momentos felices con sus padres, se encuentra ahora atrapada en un torbellino de violencia y traición. Cómo llegó a esta situación es un misterio que la atormenta. Tomar la decisión de continuar el legado de su familia italiana en la mafia ha llevado su vida por un camino oscuro y peligroso, y las consecuencias de sus acciones están a punto de alcanzarla.

—¿Y ahora qué vas a hacer, Monna Lisa? —le pregunta Benjamín, con una sonrisa siniestra.

Mientras la pistola presiona contra su barbilla, Antonella se enfrenta a una elección imposible. Su vida pende de un hilo, y su respuesta podría sellar su destino de una vez por todas.

Y cuando todo parece perdido, un rayo de esperanza podría estar en camino. El hombre de su vida está cerca, y su llegada podría marcar un giro decisivo en esta peligrosa partida. El destino de Antonella pende de un hilo, pero ese hombre que la ama más que a su propia vida, no va a dejar que nadie le haga daño, e incluso está dispuesto a dar su vida por ella.