Antonella Estoy frente al espejo de mi tocador, observando la imagen que me devuelve, tratando de asimilar el peso de la responsabilidad que estoy a punto de asumir. Con manos temblorosas, ajusto el último detalle de mi maquillaje, buscando enmarcar mi mirada con sombras oscuras que añadan un toque de misterio a mis ojos. Visto un enterizo negr0 que se adhiere a mi figura, resaltando la elegancia y la determinación que quiero proyectar, y me calcé con unas botas de tacón aguja. La elección del atuendo, cuidadosamente planeado, es un reflejo de la dualidad que habita en mí: la mujer independiente y fuerte que quiero representar, pero también la heredera de una tradición mafiosa que exige respeto. Mis ojos se detienen en el brazalete de mi muñeca izquierda, una serpiente de oro con esm