Mi Pequeña Linda Mate

2#Capítulo.

Narra Andrés#

Me quedé mirando a la nada mientras pensaba, a la final solté un suspiro mientras conectaba mi mirada con la amarilla de mi mejor amigo.

—¿Qué esperas para decírselo? —le preguntó con mis brazos cruzados sobre el pecho.

—¿C-Cómo? —pregunta titubeando.

—Que ¿qué esperas que no se lo dices? —le repetí la pregunta con obviedad.

—No te importa q-que sea una Va-Vampires-sa —dice tartamudeando un poco.

—¿Y eso porque? —hablé frunciendo mi entrecejo —es tu Mate eso es lo que importante —él parece dudarlo aún, entonces decidí meterme en sus pensamientos, si al ser unos de los mayores Alfa que existe tengo ese poder de leer mentes.

Entre sus pensamientos solo había una palabra.

Manada

Le preocupaba que la manada rechazará a su Mate.

—>Mira Luis —apoye mi mano en su hombro —aparte de mi Beta también eres mi mejor amigo ¿bien? Se que te preocupa lo que pueda pensar la Manada pero eso no es lo importante, lo que importa es lo que tu sientas —le digo con toda la sinceridad del mundo, para luego apretar ligeramente su hombro en forma de apoyo —y si eso no te convence—sonreí de lado —yo mismo presentó a tu Mate ante la manada, quien tenga problema que me lo diga en la cara si es que tiene los pantalones bien puestos —dije lo último serio antes de sonreírle, Luis río para luego darme un abrazo palmeando mi espalda.

—No se que haría sin ti amigo —dijo mientras sonría sincero, yo le devolví la sonrisa.

Narrador Omnisciente#

La Manada Hidden está destruida, eso era seguro, cuerpos amontonados, sangre esparcida por todos lados, ya no quedaba nada de lo que un día había sido esa Manada más que el recuerdo de los que la conocieron.

La pequeña niña de ojos azules alzó su vista al cielo, viendo como el sol se empezaba a esconder, dando paso a la oscuridad en la que los depredadores salen a cazar a sus presas.

~Por favor mami vuelve por mi~ pensó la niña.

Dejo caer suavemente su espalda contra el piso del bosque mientras ponía la rosa sobre su pecho, cerró sus ojos cuando el viento la azotó fuertemente, poniendo sus pelillos de punta. Hacía mucho frío.

Cuando en eso se escucha un sonido extraño.

Abrió sus ojos y se sentó mirando a su alrededor, buscando de donde venía ese sonido extraño, y en eso se escuchan más y más.

~Mami ¿dónde estás?~ penso mientras abrazaba sus rodillas.

Mientras al otro lado del bosque se encontraba un gran e imponente Alfa, corriendo en sus cuatro patas, sintiendo el viento soplar su pelaje con mucha fuerza por la velocidad a la que iba.

Después de haber hablado con su Beta Luis, decidió dejarlo solo para que hablará con su Mate, por un lado se sentía feliz por su amigo, mientras que por el otro algo triste porque después de 92 años él todavía no encuentra a su Alma Gemela.

Salto un pequeño arroyo y cuando estaba dispuesto a seguir corriendo un olor a frambuesa y chocolate llegó a él.

—¡Mate! ¡MATE! —rugió Jackson desesperado.

Andrés empezó a correr mientras ajustaban su visión, captando un pequeño cuerpo a la lejanía, se detuvo abruptamente con la respiración acelerada.

—¡¿Qué ocurre?! —pregunta el lobo desesperado por ir a reclamar a su Mate.

—¡Es una niña! —respondió Andrés incrédulo, —¡Nuestra Mate es una niña! —repitió sin poderselo creer del todo.

—Sí ¿Y..? —hablá Jackson sin mucha importancia, —¡Que importa! Llevamos mucho tiempo buscándola, ahora no hay que perderla —dijo decidido.

—Tienes razón —dice Andrés, acto seguido de dejar el pequeño bolso, que traía en el hocico, en el suelo.

Se convierte en humano y abre el bolso, saca la ropa que hay dentro y se viste, toma el bolso se lo pone en el hombro mientras se pasaba los dedos por su cabello castaño, camino con sigilo entre los árboles tratando de no asustar a la pequeña, pero una rama siendo partida bajo sus pies hace que Rubí se ponga alerta.

Andrés no dejo de caminar hasta aparecer delante de la niña, se acercó con cortos y lentos pasos, la niña retrocedió ante la aparición del castaño, mientras su corazón latía muy rápido en su pecho por el miedo.

—No te haré daño —dijo Andrés incandose en una rodilla, estando así a su altura, —soy Andrés Smith, Alfa de la Manada Big Strong, —sonrió de lado, —¿tú cómo te llamas?

La pelinegra lo vio con sus enormes ojos azules, curiosos, antes de empezar a hablar con su infantil y dulce voz.

—Me llam-mo Rubí —pronunció tartamudeando un poco.

El Alfa sonrió aun más, sintiendo a su Lobo ronronear de felicidad en su interior.

—¿Qué haces aquí sola Rubí? —pregunta mirando a su alrededor, dándose cuenta de que cada vez se ponía más y más oscuro.

—Mi mami me dejó aquí, ella fue a nuestra Manada —responde Rubí apretando las rodillas contra su pecho.

—¿Cuál es el nombre de tu Manada?

—Hidden —Andrés conocía muy bien esa Manada, es la que había ayudado a la suya cuando tuvieron una baja por un ataque de Vampiros.

—Alfonso ve ahora mismo a la Manada Hidden y avísame cualquier cosa —pide Andrés a un soldado por el link que tiene con todos ellos

—Enseguida Alfa —responde el nombrado.

—Te propongo algo Rubí, ¿qué tal si vienes conmigo y mañana buscamos a tus padres? —le pregunta Andrés a la pequeña sin dejar de sonreír le.

Rubí entre su inocencia recordó las palabras de su madre.

{—Escúchame bien cariño, si algún día un extraño te pide que vayas con él no lo hagas ¿de acuerdo? Puede ser peligroso y hacerte mucho daño —habló Andrea sin dejar de peinar a su hija.

—Sí mami —respondió Rubí viendo la televisión}.

—Eres un extraño y no puedo ir contigo, mi mami dice que me puedes hacer daño —habla la niña mirándolo esta vez con desconfianza.

Andrés mordió su labio inferior pensando, su Mate tenía razón, pero tampoco quería dejarla ahí sola, así que soltando un suspiro dándose cuenta que era la única manera, mintió.

—En realidad soy amigo de tu mamá —dijo mientras se colaba entre sus pensamientos —Andrea, y también de tu papá Steven —sonrió de nuevo, suplicando interiormente que su Mate le creyera.

Rubí lo pensó un momento, sus padres se llamaban así, así que estaba la posibilidad de que en realidad si los conociera.

—Bien, —la niña asintió despegando sus piernas de su pecho.

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