Prólogo
Narra Andrés#.
Estaba en mi despacho, resolviendo problemas de la Manada, como siempre, estaba revisando un tratado que tendremos con los Vampiros, aunque no me fió mucho de ellos.
—Luis ¿podrías venir? —le preguntó a mi Beta y mejor amigo, por medio de el Link que tenemos Beta y Alfa.
—Enseguida —responde, para luego ver a un chico pelirrojo entrar por la puerta.
—A sus órdenes Alfa —dijo haciendo un saludo militar.
—Muy graciosito —le dije ya que lo hace por molestar, él simplemente se hecho reír y se sentó en la silla enfrete de mí escritorio.
—¿Para que soy bueno? —pregunta reclinándose en la silla mientras se cruza de brazos.
—Para nada, —Luis fingió hacerse el ofendido pero no le di tiempo a protestar, — necesito que prepares todo, dentro de unas horas nos vamos al reunir con el Reino Ivanov, tenemos que arreglar el tratado de paz con ellos.
—De acuerdo —asintió antes de levantarse e irse, yo regresé mi vista a unos documentos.
—¡NANA! —grité despues de unos minutos.
Escuché unos pasos acercarse con rapidez al despacho antes de ver la puerta ser abierta con un estruendo, mostrando a una muy agitada señora que aparenta tener 60 años.
—¿Qué pasa mi Niño? ¿Estás bien? ¿Sucedió algo? ¿Qué ocurre? ¡¿Por qué Gritas?! —me ataca con preguntas.
—No ha pasado nada Nana, solo quería que me preraras una maleta para unos días, voy al reino de los vampiros para arreglar unos asuntos con ellos —expliqué tranquilamente, mientras me levantaba y me acercaba a un gran estante con muchas carpetas en el.
Nana respiro con tranquilidad para luego acercarse a mi y darme un golpe, para nada suave, en la nuca.
—¡AU! ¡NANA! —me quejé sobando mi cabeza.
—Eso es para que no me vuelvas a asustar así, —se cruzó de brazos con una expresión molesta —casi se me sale el corazón, pero bueno ya te voy a arreglar la maleta —dijo saliendo del despacho cerrando de un puertazo.
~¡Uff! creo que se molesto~ pensé.
—¿Tu crees? —dijo sarcástico mi lobo Jackson.
Volteé mis ojos a su comentario y me dirigí a la puerta para ir en busca de Nana y disculparme.
Narrador Omnisciente#.
La pequeña pelinegra corría mientras su madre la persiguia por toda la habitación.
—¡Te tengo! —exclamó la joven madre de cabello rojizo oscuro mientras cargaba a su hija y la pegaba a su cuerpo, —¡voy a comerte!—empezó a hacerle cosquillas haciendo que la pequeña niña de 5 años riera ampliamente.
Cuando en eso un chico alto y de cabello claro entra a la casa
—¡¿DÓNDE ESTÁ LA PRINCESA DE ESTA CASA?! —grito Steven, aquel chico, dejando su chaqueta a un lado con una sonrisa dibujada en su rostro.
Rubí, la pequeña niña, se separó de su madre rápidamente y empezó a correr fuera de la habitación de sus padres.
—Con cuidado cariño, —dijo su madre yendo detrás de ella en las escaleras.
La niña asintió con la cabeza y cuando iba en el quinto peldaño sintió unos grandes y fuertes brazos alzar la.
—¡AH! —la pequeña Rubí grito antes de reír a carcajadas mientras abrazaba a su padre.
-Mí primcesa, te amo, te amo, te amo, te amo -habló Steven besando mejilla repetidas veces la mejilla de su hija.
—Yo más p**i —dijo la pequeña dejando besos lleno de baba en mejilla de su padre.
—¿Y para mí no hay amor? —pregunta Andrea, la chica de cabello rojizo, haciendo un puchero.
Steven se volteó aún con la pequeña en brazos y se acercó rápidamente a ella, dejándole un suave beso en los labios.
—¡Puaj! —Rubí hizo un sonido de asco mientras hacía una mueca.
Los dos Mates se separaron mientras reían, para luego besar al mismo tiempo las mejillas de la pequeña niña haciendo que esta riera.
Todo en la vida de nuestros queridos protagonistas iba normal, pero ¿siempre será así?
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