Me agrada el padre de Zaideth, se nota que, si de verdad fuera mi suegro, la pasaría bastante bien a su lado cuando tuviera que hacer las visitas a la familia. Su madre, es un poco más difícil de ganar, se nota que no le gusta el hecho de que sea militar, pero sé que, si pasara un poco más de tiempo conversando con ella, podríamos llegar a congeniar mucho más. Zaideth es mala, ¿por qué nos ha puesto a todos en esta difícil situación? Siento que está jugando conmigo; me quiero largar de esta casa y no volver más. Una vez finalizada la reunión, me despido de “mis suegros”, no sin antes ser recordado del almuerzo que tendré con ellos el fin de semana antes de volver a Bogotá. Zaideth me acompaña hasta el parqueadero, en el camino un gran silencio nos invade, uno bastante incómodo que yo