Punto de vista de Gray.
Damon entra al cuartel mientras yo salgo y casi me tropiezo con él.
Mi lobo ha estado inquieto y aunque he tratado de charlar con él, me ha ignorado. Su estado me produce ansiedad lo que me pone aun más inquieto en mi lugar.
-¿Cómo estuvo la patrulla?- Pregunto mientras esquivo su camino.
Damon pasa una mano por su largo cabello ondulado, apoyándose contra el marco de la puerta.
-Tranquilo. Nada fuera de lo común.
Asiento con la cabeza. Parece agotado y me recuerda lo contento que estoy de no tener que hacer patrullas nocturnas a menudo. Solo entro cuando los niveles de amenaza son altos, porque mi lobo se pone nervioso en respuesta y no me deja dormir de todos modos.
-¿Cómo les fue a los reclutas?
Él sonríe, como si supiera por qué hice la pregunta. Claro, sabía que Thea estaba asignada a patrullar con él, pero no es por eso que lo pregunto. Quiero decir, no es la única razón. Tengo que vigilar a todos los aprendices.
-Solo quieres vigilar a la chica y yo quiero saber si todo estuvo bien.
Es por eso que has estado tan inquieto ¿Verdad?
-Estábamos inquietos, desde que supiste que sería su primera patrulla no has hecho más que pensar en su desempeño, me has puesto agitado. Si tanto quieres saber, haz la próxima patrulla con ella, yo estaría muy feliz de hacerlo y entrar en acción con su loba...
Y corte el enlace, debía concentrarme en lo que dijera mi amigo.
-Estuvieron bien
Damon siempre es breve y va al grano.
Asiento de nuevo, luego le doy una palmada en el hombro y salgo por las puertas de la arena. No quiero quedarme y arriesgarme a que me haga pasar un mal rato descubriendo por completo el sentido de mi pregunta. De todos modos, ni siquiera estoy interesado en ella, solo en lo que puede representar sus acciones en el equipo, nada más.
Sé que Thea ha estado despierta toda la noche, pero tengo la intención de hacer que entrene esta mañana de todos modos, solo porque puedo. Sin embargo, rápidamente lo pienso mejor. No soy un sádico. Aún no he terminado de castigarla por su falta de respeto, pero pensaré en otras formas.
-Si vas a usar tu poder sobre ella sin motivo alguno, sería abuso y eso me molestaría demasiado. Deja a la chica descansar.
No te metas en esto, esa mujer necesita saber quien soy yo.
-Si, un idiota, solo porque te gusta y ella desafía tu autoridad no significa que actúes tan infantil. Eres un alfa, compórtate como tal y déjala tranquila.
Sacudo mi cabeza, mi lobo se ha encaprichado con ella y eso es un verdadero fastidio.
¿Por qué esta mujer me molesta tanto? Honestamente, debería enviarla a empacar, y podría haberlo hecho, si no la hubiera visto entrenar ayer. Ella es buena; muestra muchísima más promesa que la mayoría de los otros aprendices. Sigo tratando de decirme a mí mismo que esa es la única razón por la que no la he despedido del campo de entrenamiento.
Pero no es así, mi lobo no es el único que se encaprichó. Esta chica es fuego puro y su potencial puede ser explotado en mil maneras diferentes que pondrían nuestro escuadrón a otro nivel. Si tan solo no fuera tan terca y se dejara mandar por una buena vez, creo que las cosas serían mucho mejor de lo que se están dando
-Pero perdería el sentido y el gusto de este juego. Thea es impredecible y si fuera una sumisa sabrías que movimiento hará y perdería su toque. No quieres que pierda su esencia, la magia de Thea es el desafío que representa.
Mi lobo tiene razón pero no voy ahondar mas en el tema.
Noa y Dixon ya están en la arena y me dirijo hacia ellos. Ya que Zatch y Damon estaban de patrulla anoche, solo estaremos nosotros tres para la sesión de la mañana de hoy.
-Grey- me saluda Dixon con la punta de la barbilla cuando me acerco. Le devuelvo el gesto, luego saludo a Noa con una palmada en la espalda.
-¿Están listos para un uno a uno?- Pregunto, frotando mis palmas juntas.
Días después, siempre probamos a los nuevos aprendices con lo que llamamos "uno a uno". Es exactamente lo que parece: cada uno de nosotros nos enfrentamos para entrenar con un aprendiz, uno a uno. Este método es la única forma en que realmente podemos probar las habilidades de lucha de los reclutas, porque cuando están emparejados entre sí, podrían hacerlo bien simplemente porque tienen un compañero más débil. Al emplear este método, podemos determinar con mayor precisión el nivel de habilidad de cada aprendiz y asignar compañeros de entrenamiento que estén igualados.
Me encanta esto. No me importa observar y dar órdenes, pero prefiero luchar que quedarme al margen. Es solo mi naturaleza. También me ayudan a repasar mis propias habilidades, porque cuando estoy en el campo de entrenamiento para los reclutas, me pierdo mi entrenamiento habitual con el equipo. Siempre trato de ser mejor, más fuerte, más rápido. El líder de la manada Black, es un hijo de perra loco. Nunca he visto a nadie pelear como él. He estado entrenando obsesivamente durante años porque prometí hace mucho tiempo que seré yo quien finalmente acabará con él algún día.
Los reclutas comienzan a salir del cuartel a la arena y los tres observamos cómo se acercan, ansiosos por recibir instrucciones. El grupo es más pequeño esta mañana, aproximadamente un tercio de ellos patrullaron anoche, pero todos están emocionados y con muchas ganas de salir al campo.
No pierdo el tiempo.
-¡Escuchen, reclutas!- Grito y un silencio cae sobre los aprendices reunidos. Miro de nuevo a Dixon, y él asiente, dando un paso adelante.
-Ayer, todos tuvieron la oportunidad de mostrarse mutuamente lo que tienen- comienza Dixon, apoyando las manos en las caderas- Hoy, nos lo van a mostrar
Un zumbido sordo de charla confusa se eleva cuando los aprendices se miran entre sí, susurrando.
Noa da un paso al lado de Dixon y aplaude para llamar la atención de los reclutas.
-Formen tres filas y cada uno de ustedes tendrá la oportunidad de entrenar con uno de nosotros- Instruye mientras mueve las cejas.
Los aprendices parecen nerviosos al principio, pero obedecen. Una vez que han formado tres líneas pares, cada uno de nosotros toma una de ellas, haciendo señas a los primeros voluntarios para que avancen. Este ejercicio no solo es divertido para nosotros, sino que también es divertido para los demás alumnos: pueden ver cómo les va a sus compañeros en un enfrentamiento contra un alfa.
La arena estalla con los sonidos de gritos y vítores mientras los aprendices ven los enfrentamientos, incitando a sus compañeros reclutas mientras intentan derribar a los alfas. Por supuesto, ninguno de ellos tiene una oportunidad real de ganar, tenemos años de experiencia sobre ellos, pero algunos de los reclutas se desempeñan mucho mejor de lo esperado. Me siento cada vez más impresionado con esta nueva clase de reclutas.
Hacemos un trabajo rápido de la primera ronda de uno contra uno, luego cambiamos los grupos y volvemos. Es agotador, pero estimulante. Estoy tomando notas mentales todo el tiempo: qué reclutas son más fuertes, cuáles son más débiles, cuáles tienen el mayor potencial.
Los tres nos sentaremos más tarde para hacer una lista y clasificarlos en categorías que usaremos para futuros ejercicios de entrenamiento y finalmente eliminemos los rangos.
XXX
Después de varias horas, estoy jadeando y sudando. Me arden los músculos, pero es un buen tipo de fuego. Vivo por la adrenalina. Estoy cubierto de mugre, la suciedad se adhiere al sudor de mi cuerpo y cara. Hacemos una pausa para almorzar, pero decido ir a las duchas en su lugar. Navego a través del cuartel del escuadrón hasta el enorme vestuario que separa los cuarteles para los reclutas y los miembros del escuadrón. Los cuarteles contrastan con los de los reclutas, mientras que ellos duermen en una enorme habitación llena de literas, los cuarteles son más como un dormitorio. Los miembros del escuadrón tienen cada uno su propia habitación, pero las instalaciones del baño son compartidas por los reclutas y los miembros del escuadrón a través del vestuario.
En cuanto a las duchas en sí, no hay privacidad. Una pared larga a lo largo de la parte trasera tiene unas veinte duchas, como el vestuario de un gimnasio escolar. Tampoco hay separación de género. La manada es la manada, hombre o mujer, todos somos iguales. Vivimos, dormimos, nos duchamos, luchamos juntos. Ese tipo de configuración puede molestar a los humanos, pero los lobos estamos tan acostumbrados a la desnudez que no nos molesta en lo más mínimo. Aun así, me siento aliviado cuando encuentro el área de la ducha vacía. En una manada de lobos, todo se trata de estar juntos y parece que siempre hay alguien alrededor, pero a veces solo necesito estar solo con mis pensamientos.
Me desvisto y tiro la camiseta y los pantalones cortos de gimnasia en un banco, luego paso al lado de un cabezal de ducha y giro el grifo. Me toma un par de minutos calentar antes de que mueva mi cuerpo debajo de la corriente y permita que el chorro de agua caliente llegue a mi cuello y hombros. Aprieto mis ojos cerrados durante unos minutos mientras el agua me baña, llevando la suciedad y la mugre por el desagüe.
Me lavo, todavía tomando notas mentales sobre el desempeño de los reclutas durante los uno contra uno. Mientras lavo la sangre seca de mi brazo, recuerdo cómo un recluta, Simon, pudo saltar sobre mí la segunda vez que peleamos. Tuve un sarpullido bastante grave en el brazo por la forma en que aterricé, pero la piel ya se ha unido y se ha curado. Una vez que lavo la sangre, ni siquiera se puede saber de dónde vino. Tengo que amar nuestra curación
Después de la ducha, me seco y luego envuelvo la toalla alrededor de mi cintura y doblo la esquina para irme. Aunque rara vez paso la noche aquí en el complejo del escuadrón, tengo una habitación en el cuartel. Tendré que ir allí a buscar una muda de ropa. Me deslizo hacia atrás mi cabello mojado con una mano y estiro la mano para recoger mi ropa sucia cuando me sobresalta el sonido de la puerta del vestuario abriéndose y cerrándose.
Incluso antes de mirar hacia arriba, sé que es ella. Su dulce aroma golpea mi nariz y levanto la cabeza para verla de pie en la entrada con nada más que una toalla blanca y esponjosa, luciendo como un jodido ángel.
Estoy realmente jodido, esa imagen quedará en mi memoria por siempre.