—No le deje subir, ya bajo —Concluí y baje. Baje tan pronto como pude, una vez que llegue a resección me indicaron donde estaba, camine hasta la sala de espera y ahí estaba, Ana Muentes cruzada de brazos mirando hacia la calle. —¿Qué haces aquí? —Pregunte y se gira. —Santi, ¿podemos hablar? —suelto un suspiro y asiento, la invito a la cena en el restaurant del hotel. —Preparen una habitación para la señorita. —Ordeno y la recepcionista asiente, el guardia toma la maleta y se la lleva. —Pensé que nos quedaríamos juntos —Balbucea tras mío y la ignoro. Una vez que nos sentamos a la mesa, suelto un suspiro y empiezo. —Ana no se como supiste donde estaba, la verdad no esperaba encontrarte aquí, no se si me estas siguiendo, pero ya que estas aquí, hablaremos para dejar claro todo. —Amor