20. Vamos a casa. Lizzy. Miro hacia todos lados mientras salgo del restaurante, Lance al lado mío y mi madre con su esposo detrás. Casi se siente como si estuvieran escoltándome. Enserio no puedo creer esta ridiculez. Me detengo en el asfalto y miro hacia todos lados, esperando ver a alguien. Pero no están. Ninguno de ellos está. Joder. Lance nota que me tensiono y entrecierra los ojos al ver que yo estoy mirando alrededor. — ¿Esperas a alguien? — Pregunta. Bastardo astuto. Él sabe. — ¿A quién podría estar esperando? — Cuestiono con dulzura, con tanta dulzura que puedo probar el azúcar en mis muelas, empalagándome. — Dímelo tú. — No, dímelo tú — lo presiono —, fuiste tú quien hizo la pregunta. — Estás tratando de ganar tiempo, ¿no es cierto? Hijo de puta. — ¿Suce
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