— Pues estamos todos pero los anfitriones no estaban – dijo Greco. — No tardan – dijo Horacio – Están dejando todo listo, recuerden que nadie de ustedes ha estado en la tercera planta – suspiro terminando de beber su cerveza. Solo pasaron unos minutos más cuando los anfitriones de la fiesta llegaron, Gustavo y Nat bajaban realmente elegantes. Incluso se sintieron un poco desarreglados los invitados. — Buenas noches chicos – dijo Nat – Gracias a todos por venir. — Gracias a ustedes por invitarnos – dijo Ivanov. — Bueno síganos ya les explicare lo que sucederá arriba – Nat les sonrió dando media vuelta y dejando una buena vista de su culo ante los demás. Gustavo no dijo nada solo miró sin descaro el trasero de su mujer, miró a sus invitados suspiró y sin decir una sola palabra siguió a