―No hagan un enfrentamiento. ―Nahara lo detuvo y las miradas inquisidoras la cubrieron de inmediato―. Dejen que se lo lleven, háganle creer que llegaron tarde. ―¿Qué tal si no son los de la última vez? ―Cuestionó Rodrigo. ―¿Desde cuándo las ratas perdieron el miedo? Son los mismos, no puede ser alguien más. ―Háganlo. ―Ordenó Alvize. ―¿Y qué se supone que ganemos con eso? ―Se van a deshacer de la mercancía, quizás entre ellos mismos se la compartan o la saquen al mercado. ―Chiara le sonrió―. En el bajo mundo las personas hablan, los chismes se riegan y las conexiones se encuentran con más facilidad. ―Resopló poniéndose seria―. Yo me haré cargo de llegar al proveedor. ―Rodrigo miró a su padre y al verlo asentir no pudo hacer más que aceptarlo. ―Pueden usar la conexión que tienen c