Instintivamente, emití un gemido de dolor, aquello era algo que sentí no soportaría así que me levanté de inmediato. Mire a Arthur, él parecía sorprendido e incluso apenado. —Perdón yo...—dije sintiendo qué sé me formaba un nudo en la garganta, no sabia que dolería tanto la primera vez. —¿Tú no...?—musito y entonces me aparto y se levantó de su lugar. Tomo una toalla y una bata de baño, se las puso y levanto la mía—lo lamento. No sabia que aún eras... —¿Virgen?—expresé con cierta vergüenza, no por ser virgen, sino porque había imaginado todo esto de una forma diferente Aquel ambiente sensual e intenso qué sé había percibido antes de pronto había desaparecido y había sido por mi culpa. —Ven aquí—me indico mientras extendía mi bata de baño para mí. Salí con la mirada baja sin poder mi