Arthur me señalo las escaleras que conducían al escenario donde mi padre continuaba hablando. Y con todo eso que estaba pasando frente a mis ojos, no pude evitar sentirme humillada y utilizada. La antigua yo, la antigua Christine habría huido del lugar para llorar en el baño o simplemente se hubiese ido a casa a sufrir y lamentarme por el tipo de familia que tenía y los cuales no les importaba lastimarme con tal de beneficiarse, pero ahora que los conocía perfectamente bien y sabia hasta donde podían llegar para alcanzar sus objetivos, lo único que hice fue sonreír y aplaudir pausadamente la presentación de mi padre mientras nos invitaba a subir al escenario como si estuviera orgulloso de mí. En esta ocasión me apoyé de Arthur para subir lo más rápido posible al escenario mientras mostra