—Estás temblando como una hoja en medio de una tormenta —señaló Theo, apoyándose contra la pared. Su voz amortiguada por la tormenta que azotaba afuera.
—Hace más frío aquí —respondió Charlotte mientras se acurrucaba más sobre sí misma. El interior del edificio estaba vacío y frío.
Theo se apartó de la pared y se acercó a ella. Ella lo observó mientras él se quitaba la chaqueta y se agachaba a su nivel. Sus ojos se iluminaron de diversión.
—¿Se supone que debo pestañear y sonrojarme en respuesta? —preguntó ella, sonriendo.
—O tal vez puedas besarme por ser tu caballero con la chaqueta abrigada —Theo le guiñó un ojo y la envolvió con la chaqueta.
Charlotte puso los ojos en blanco. —Aprecio tu caballerosidad, pero no creo que la necesite más que tú —agarró la solapa de su chaqueta para
