VALENTINA
Me desperté de una pesadilla y haciéndome recordar todo lo que pasó hace unos días. Cuando abrí los ojos, me tomó varios momentos darme cuenta dónde estaba. Una vez que lo hice, mi pulso se aceleró. Me senté, mirando alrededor y removí en la cama en la que dormía, mis dedos temblorosos alcanzaron la mesita de noche en busca de luz, hasta que finalmente logré encender la lámpara. Junto allí había un reloj y puede comprobar que hora era, las cuatro de la mañana. Me senté, confundida aún poco aterrada por el sueño, eso era señal de que la desgracia siempre me iba a perseguir atormentándome.
No era algo que se podía superar de la noche a la mañana, el dolor seguía ahí y la opresión en el pecho era más sofocante. Decidí dormir un poco más, lo que mis pesadillas me lo permitiera y c
