VALENTINA ¿Es que nunca me dejara ni respirar tranquilamente? —¿Segura que quieres que te obligue? —el tono de sus palabras no sonaron tan frías como siempre, había algo más en ellas, pero no logré conseguir saberlo. —No creas que me puedes controlar y mucho menos tenerme encerrada por tanto tiempo —no me importaba que se molestará, de ahora en adelante no me callaré nada —En cuanto mi padre se enteré, no te lo permitirá y vendrá por mí, estoy segura de ello. La furia brota de sus ojos cuando nombró a mi padre. —Tu padre no está en condición de reclamar nada, ahora estás casada conmigo —dijo bruscamente. ¿Que no se suponía que no significaba nada para él? Ahora me recuerda constantemente que le pertenezco y que no me dejara ir, es un loco. Su cambio repentino me abruma. Por un inst