VALENTINA
—Es hora de irnos —anuncio la voz de Alessandro, llegó a mi lado y me agarro de mi brazo para levantarme de mi asiento.
Padre lo vio con un gesto de molestia y mi madre solo guardo silencio desviando la mirada para otro lado. No comprendía que estaba pasando y el cambio repentino en él me dejó aturdida.
—Mamá, papá —dije en modo de despedida. No quería irme de esta manera, no era como si me fuera a ir a vivir a la vuelta, nos íbamos a otro país y lo correcto era despedirme de ellos como se lo merecían.
Mis padres aunque quisieran hacerlo no podían detener que me fuera, porque lo ví en el rostro de mi padre, él quería retenerme junto a ellos.
—Espera —replico mi padre deteniendo a Alessandro —deja que nos despidamos de ella.
Sin dejar su semblante de seriedad aceptó y me sol
