VALENTINA
Detuve nuestro beso y me aparté un poco de él, los nervios no se iban y decidí que lo mejor era prepararme para dar el siguiente paso.
—¿Está bien si me refresco primero? —quise no sonar rara, pero falle en el intento.
—Por supuesto.
Me apresuré al baño y me encerré dentro de el. No voy a negar que me encontraba aterrorizada por el hecho de que era mi primera vez, no se trataba de él, sino de mí. Mientras me miraba en el espejo quise distraerme en otra cosa que no fuera en mi noche de bodas, mi mente divagó un poco recordando lo que hice antes.
No tenía duda de ello, firmar ese documento era lo adecuado, Alessandro era mi esposo y ahora le correspondía a él hacerse cargo de todo lo mío.
Es algo de lo que me habían enseñado durante mi adolescencia cuando mamá me preparaba pa
