—¡Yo sería incapaz de abandonar a un hijo mío! —aseguró con firmeza, ni siquiera recordó lo sucedido con Giovanna años atrás. Giovanna había alcanzado a escuchar esa pregunta, esperaba ansiosa la respuesta, cuando oyó lo que él respondió, fue como si el infierno se abriera y las llamas la consumieran. «¡Cínico! ¡Sinvergüenza! ¿Cómo eres capaz de mentir? ¡No vales nada! ¡Eres el peor ser humano que pisa en la tierra! ¡Eres una pésima influencia para Lulú!» Miles de malos pensamientos se vinieron a la mente de Giovanna, no lograba conectar con su vocación, la que aparecía en ese momento era la mujer herida y humillada, sintió deseos de arrastrar a Rodrigo, pero se contuvo. «Por culpa de este imbécil tengo que confesarme» **** —¿Ya no vas a volver a caminar? —preguntó Lulú con curios