6.LA PASIÓN

1274 Words
Se encontraban dos personas atraídas locamente una por la otra. El fuego entre ellos se encendía mucho más y más. De pronto, Ren no aguanta seguir en esa posición y delicadamente decide cargarla entre sus brazos para luego llevarla a su habitación, mientras aún proseguían desesperadamente con los besos. Entre toda la pasión que desbordaban, él la recuesta en la cama con gran delicadeza y se va retirando la camisa en tanto rozaba sus labios sutilmente por toda la suave piel de su cuello, haciéndola estremecer hasta el punto de la gloria. Recorre sus dedos hasta los botones de su vestido y lo desbotona uno por uno. Ya cometido su acto, lame sin parar con intenso fervor cada pedazo de su piel y prende el celestial camino recto de sus senos hasta las piernas, finalizando suavemente en las yemas de los pies, mientras ella disfrutaba con locura cada instante que esos labios tocaban su piel. Sin esperar más se desprende de su pantalón y lanza el vestido de ella al suelo, dejándola totalmente en su esplendorosa lencería. Se va encima de ella la mira fijamente con esos ojos deseosos de lujuria y la besa con pasión otra vez en tanto coge con firmeza los muslos de sus piernas. Sus dedos de ambos recorrían todo sus cuerpos sensitivos, las caricias cálidas, bruscas y delicadas eran una combinación de infinito placer. Era un hecho que estos dos amantes se encontraban profundamente conectados mental y físicamente. De pronto… Keyra se detiene, coge con sus delicadas manos su rostro y le dice: –Ren, tengo miedo. Siento algo muy extraño y fuerte en todo mí cuerpo que no lo puedo controlar. Deseo estar contigo pero... estoy temblando. –Tranquila todo estará bien, aférrate, déjate llevar y entrégate a mí completamente, solo sigue tus instintos –responde cariñosamente entre tanto la sorprende con un beso en su pequeña naríz. Él acaricia su mejilla y aún conectado a sus grandes ojos azules, manda su cabello detrás de su oreja para darle más de sus fogosos besos. Mientras tanto en la cabeza de Keyra no podía comprender aquello que sentía con desesperación. «No me puedo controlar, estoy totalmente inundada de su encanto. A llegado el momento y será con él, solo él está despertando eta profunda e incontrolable pasión que no sabía que existía. Lo deseo, lo deseo tanto» Entonces poco a poco ayudándose entre ellos, se deshacen de todas las prendas restantes, quedándose completamente desnudos y a su disposición. Ren mirándola a los ojos le susurra: “Te deseo”. Keyra se estremece a tal intensa palabra y le responde, “Yo... también” por lo tanto él sigue vehementemente con el transcurso cariñoso y lento de su propósito hasta su ombligo, descubriendo a su paso el punto más débil de su piel en la que ella gime sin intención contrayéndose, y aquello incontrolablemente despierta mucho más su instinto depredador. Keyra tampoco podía más, su afán era demasiado grande. Él retoma su posición encima de ella y entrelazando miradas, Keyra se aferra completamente al candente cuerpo de Ren y... Así fueron consumiendo el fuego de su pasión juntos durante toda la noche. ... Al día siguiente por la mañana, Keyra se despierta primero y se percata que Ren aún seguía a su lado durmiendo. –Es tan lindo cuando duerme –Lo mira con dulzura–. Él fue tan amable y suave en todo momento. Nunca olvidaré esto Ren… –Acaricia lentamente el cabello desordenado de él. –Me siento un poco avergonzada ¿Cómo podré verlo a la cara cuando se despierte? –Se sonroja–. Tengo una idea, hoy le prepararé algo de comer. Alzándose lentamente de la cama, se percata de la camisa de Ren a su lado y piensa deliberadamente. –«Mm... antes que todo, ¡ya sé! Vi en las películas que después de hacer esto, las chicas suelen utilizar la camisa de los chicos. ¡Quiero intentarlo! –Pone en marcha su fantasía con la camisa y se va a la cocina a preparar el desayuno muy emocionada. –¡Ok! Todo al fin está listo. Esta tortilla le va a encantar junto con el café, los panes y todo lo demás. De pronto aparece Ren delante de la puerta y se queda sorprendido con el gran buffet sobre la mesa. Y cabe decir que no solo por el buffet, sino que también queda totalmente perplejo al verla endosando su camisa que le quedaba como un vestido corto. Entonces él la saluda, Keyra muerta de la vergüenza se ruboriza y le corresponde el saludo. –Ehh… ¡Hola! ¡Buenos días! ¡Ven siéntate!... Quise prepararte algo de desayunar y le avisé a la encargada que hoy estaría a cargo de la cocina. Ren hasta ahora no he podido hacer nada por ti, al menos quería hacerte esto de agradecimiento, espero lo disfrutes completamente. –Keyra, no debiste. Gracias... Y así desayunaron juntos hasta terminar. Entonces Ren conmovido mientras ella estaba acomodando las cosas de la cocina, se le acerca y la abraza por detrás, dejándola a ella totalmente paralizada, y con esa voz gruesa llena de seducción le dice al oído: –Keyra estuvo delicioso, muchas gracias. Quería decirte que pasé una noche inolvidable. Gracias por haber estado conmigo, entiendo que fue especial para ti. Me siento increíblemente honorado. A Keyra se le abrieron enormemente los ojos por la impresión, haciendo latir su corazón tan rápido y tornando su cara de un color rojo intenso. No obstante Ren viendo esa reacción tan linda, la sigue molestando. –Por cierto, “lo delicioso” me refería al desayuno, pero si quieres que te diga como estuvo lo de anoche te lo di… Ella se desprende de los brazos de Ren sin dejarlo terminar y rápidamente se voltea. –Ehh… No, no, noo… Está bien así Ren. –Lo mira muy avergonzada agitando las manos con negación. Ren hace una risita a tal graciosa reacción. Inmediatamente Keyra regresa a hacer sus cosas y se pone a lavar los servicios. Ren a unos pequeños metros de ella no dejaba de quitarle la mirada de encima. Observaba tan seductoramente cada movimiento que daba con aquella camisa. No bastó más que tres minutos y él no aguanto tan sensual escena acercándose nuevamente y diciéndole al oído: –¿Estás nerviosa? Keyra se estremece de su respiración tan cerca. –Ni siquiera te toqué mucho, solo fue un pequeño abrazo. –La coge de los hombros dejando a Keyra tiesa como una estatua. –Mm... pareces estar tensa. –Él le comienza a hacer pequeños masajes–. Te digo un secreto, hoy te ves muy sexy. Entonces sin pensarlo más, la sostiene con sus dos brazos intensamente por detrás, alza una mano volteando su cara de ella rápidamente y la besa apasionadamente sosteniéndola con fuerza. Ella en shock suelta la esponja dejándola caer, y se sonroja otra vez. Se deja llevar por los tremendos encantos de Ren. Por consiguiente los dos ya se encontraban volando totalmente en el clima de la seducción. Después de un largo beso, la voltea por completo de una manera brusca y la carga inmediatamente en sus brazos. Dirigiéndose a su habitación le dice: –Lo siento, no me puedo contener más. La sangre me hierve incontrolablemente, me siento enloquecer al verte así. Eres maravillosamente encantadora. Ayer fue un poco difícil, pero hoy te haré conocer lo que es llegar al completo placer. La besa... Y así otra vez, la pasión no dejaba de rebalsar en cada instante. Todo aquello era solo el comienzo…
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