Capítulo 5

2331 Words
—Isabell, espera—la risa de mamá se escucha por todo el bosque mientras ella me persigue en este juego que tanto me gusta. —¡Alcánzame mamá!—grito con una sonrisa deteniéndome detrás de un árbol mientras ella me llama con voz dulce. Saco la cabeza para mirar donde se encuentra, pero un grito de terror se escapa de mis labios cuando alguien envuelve sus brazos en mi cuerpo. —Te tengo pequeña—dice papá riéndose de mi reacción. De inmediato yo también estoy riendo con él mientras mamá se acerca negando con la cabeza. —Eres rápida Isabell, recuerda que yo ya no soy tan joven, debes dejarme ventaja—se queja ella con esa sonrisa hermosa pegada en los labios. Papá me acomoda para que pueda alcanzar su mejilla y dejar un suave beso que la tiene mirándome con ternura. —Eso sería trampa mamá—papá se ríe mientras comienza a caminar conmigo aun cargada—papá es fuerte—digo riéndome mientras uno nuestras mejillas y él sonríe con ternura. —Tú eres una niña muy linda e inteligente, sacaste eso de tu madre—asegura mirando a la nombrada que nos mira con amor. Caminamos en medio de una canción inventada por papá a la casa, mamá pronto cuenta lo que preparará para comer y papá y yo estamos hambrientos por probarlo, ella concina delicioso y sé que nos encantará.       La primera reacción que tomo: negar. Niego lentamente mientras muerdos mis labios para evitar sollozar. Los recuerdos, los recuerdos perfectamente. Recuerdo como me sonreían, como me animaban, como me motivaban y regañaban. Ellos eran excelentes padres, excelentes personas que nunca le hicieron daño a nadie, ellos eran buenos, ¿Por qué entonces están muertos? Si alguien alguna vez me hubieran dicho que algo de esto estaría pasando me burlaría y luego golpearía por ser un idiota o una idita. Mis padres eran el motivo de mi existir, ellos eran mi razón de ser. Al irse dejaron una huella enorme en mi pecho, duele como nadie tiene idea, es un sentimiento desgarrador porque sé que, a pesar de llorar, ellos no están aquí. Lo más doloroso de una pérdida no es solo saber que esas personas no están. Son los recuerdos perfectos y tristes lo que duelen al tener una pérdida. Lorenzo me mira arrepentido y no me doy cuenta que niego tantas veces mientras el cuerpo me tiembla sin control. Hago lo más estúpido y dramático que puedo hacer es estos casos; corro sin control. Salgo de fiesta corriendo mientras las lágrimas se deslizan con facilidad de mis ojos viajando hacia mis mejillas y llegando a mi barbilla. Duele, duele enterrarse de todo esto. Sé que llorar no los va a regresar, pero más que lágrimas de dolor, son de furia. Una furia porque sé que alguien fue el responsable de su muerte, no fue un estúpido accidente automovilístico. Fue una maldita persona sin corazón la cual les arrebató la vida. Ellos no decidieron dejarme, los obligaron hacerlo. No sé a dónde voy, tampoco me importa saberlo, solo quiero huir de este lugar, alejarme donde solo la tristeza y la soledad sean testigos de la congoja que es mi alma. Quiero morir, quiero que sean ellos que estén vivos y no yo, porque entonces no seré la que sufre, sé que suena egoísta, pero esa hubiera sido mi decisión. Siempre habría sido yo y no ellos. La vida es la fuerza más vengativa que hay. Haces una y pagas el doble. Ahora solo quiero que ellos estén aquí. A mi lado mientras me sonríen, mientras me regañan, mientras... Mientras viven. Cuando pequeña que veía películas con mi madre me quejaba bastante de las protagonistas lloronas, les decía que eran mujeres débiles. Ahora yo me considero una mujer muy débil, porque no puedo controlar la dirección de mis pensamientos solo me concentro en ese dolor acumulado y que llega a ser devastador. Nadie sabe lo que es ver caer a los héroes de tu vida en un agujero y luego ver como algo tan insignificante como la tierra, cubra la magnitud de personas que fueron. Nadie sabe cómo es llorar, llorar durante semanas y solo sentir más pésame, porque el primer día duele, pero al despertar al siguiente y caer en la realidad de que de verdad se han marchado, eso te desgarra por dentro. Ahora me dicen que ellos no decidieron abandonarme, jamás quisieron dejarme, ellos no lo eligieron. A ellos le obligaron a dejarme. Paso la mano descontrolada por mi cabello sin saber qué hacer, solo quiero una cosa; matar a los culpables. Quiero destruirlos, quiero que ellos sean lo que es vivir en la tristeza y soledad haciendo que la congoja se vuelva parte de tu vida. Ellos no saben lo que me han hecho. Me siento en una cornisa, en cualquier momento puedo perder el equilibro y caer, pero sé que el golpe será muy doloroso por lo que trato de mantenerme bien equilibrada. Me siento como un náufrago, estoy tan rota, tan... Destrozada. Borro las lágrimas de mis ojos porque me dificultan ver a donde me dirijo. Me doy cuenta que estoy en medio de la calle. Veo un auto venir, las luces se ven cada vez más cerca y creo que es lo mejor, es lo mejor que puede pasar. Lo mejor es que desaparezca de esta mierda de mundo. Nunca había tenido pensamientos suicidas, pero en este momento mi cerebro no es el mismo, no razono solo actúo. Me quedo estática viendo cómo un auto se acerca cada vez más cerca de mí. Alguien de un tirón me aleja de mi única salida al dolor. Siento como me abrazan y un aroma desconocido y muy masculino se filtra en mis fosas nasales y me tranquiliza. Me doy vuelta y me encuentro con el rostro de Elliot. Lo abrazo dejando que los sollozos se hagan en fuertes gritos desgarradores. Me permito llorar, algo que no permito hacer. Lloro mientras estrujo su camiseta. Trato de con esto permanecer firme, busco consuelo o tratar de unir mis pedazos rotos. Él me hace caminar hasta sentarme en una banca sin dejar de abrazarme. Lloro con él solo abrazándome y besando de vez en cuando mi cabeza. Me transmite una tranquilidad que juraba haber perdido justo el día en que vi el ataúd de mis padres caer bajo tierra. No se cuento tiempo pasa solo sé que me separo recobrando un poco la postura. Levanto la mirada y sus ojos magníficos están puestos en mi persona. ¿Cómo una persona puede transmitir tanto? —Estoy aquí—me dice de pronto, sus palabras son suaves—estoy contigo Isabell—mi nombre en sus labios es como una delicada melodía. —Estoy sola—murmuro, mi voz es ronca y el nudo en mi garganta no desaparece y amenaza con ahogarme. —Desahógate, deja que te ayuden, deja que te curen ese dolor que llevas. Deja que alguien te ayude con la carga—lo miro en silencio—deja que te sanen—susurra con cautela, no sabe que reacción pueda optar por tener. —¿Cuándo un vaso de cristal cae al suelo y se hace añicos, ¿vuelve a ser igual?—pregunto y él se tensa sabiendo la respuesta—aunque lo construyan, aunque lo arreglen quedará cicatrices y pedazos que están pedidos. No vuelve a ser igual, ya no es igual y nadie lo vuelve a usar porque puede cortarse en el proceso—lo miro a los ojos—nadie puede ayudarme, nadie puede sanarme y nadie puede llevar mi carga porque entonces se hundiría conmigo—argumento en tono perdido. Lo miro recobrando el origen de mis emociones, sentimientos y pensamientos. —Yo quiero ayudarte—toma mi mano—aún veo en ti esa niña preciosa que jugaba conmigo. Aún veo a la Isabell que ayude para que pintara sin salir del circulo o el dibujo. Solo déjame ayudarte—alejo su mano de la mía y lo miro. —No soy una niña, estoy muy grandecita ya—le digo levantándome—no quieras salvar a alguien que no quiere ser salvada—murmuro. —Déjame protegerte Isabell—niego sin entender que es lo que se trae este sujeto. Sé que fui importante para él, pero sus ganas de cuidar de mí son tan desconcertantes. —No necesito que nadie me proteja Elliot, no te involucres en cosas que no debes—me alejo de él y camino ya tranquila a la fiesta. Tomo un pañito y limpio mi cara ya que tenía un desastre horrible porque el maquillaje se corrió todo. Suspiro y me quedo fuera viendo como las personas son felices y otros tristes causantes del alcohol en su sistema, pero todos tienen algo en común: Son ajenos al dolor que hay en mi pecho. Son ajenos a esa incertidumbre que me acompaña. A esta agonía que me abraza a cada momento. —Isabell—levanto la mirada y Lorenzo viene en mi dirección—te estaba buscando—me dice avergonzado. —Nombres—le digo con mi habitual tono frío. —¿De quienes?—pregunta él confuso. —Quiero el nombre de los sospechosos—él me analiza. —Tus vecinos—enarco una ceja. —¿Los viejitos?—pregunto y él asiente. —Un tal Jhon Petter—susurra con fingida tranquilidad. Sé que mi actitud lo tiene desconcertado—era socio de tu padre—asiento en modo de entender. —Continúa—susurro. —Isaila Foxter—abro mi boca para discutir, pero nada sale de ella. Un montón de recuerdos vienen a mi mente. —¿Estás diciendo que mi tía puede haber sido la causante de todo esto?—pregunto en un susurro casi inaudible. Recordarla abandonándome en casa de los Collins aun me persigue en las noches. —Estoy diciendo lo que encontré, si sigues así no te podre continuar diciendo, esto te está afectando mucho—lo miro mal—hablo muy en serio Isabell, te quiero ayudar, pero si esto es más fuerte que tú pararé—suspiro y asiento. —Sigue—aliento, aunque temo que siga hablando, mi tía, mi amada tía que me abandono cuando más la necesitaba y su excusa barata fue estar muy joven y ser muy inmadura para cuidar una adolescente en depresión y que además los señores Collins cuidarían mejor. Isaila, ella es dulce, ¿pudo ella haberles arrebatado la vida a mis padres? Eso parece algo imposible, surrealista. —Travis Miller—mi respiración queda atascada en mi garganta y sé que tengo que tengo una cara de horror. —¿Travis?—paso la mano por mi pelo, Dios mio. —Él mismo—susurra Lorenzo—necesito que te calmes—me dice tranquilo. —Vamos por un trago—mi cabeza está a punto de estallar, ¿mi tía y Travis? ¿Qué ganarían ellos haciéndoles daño? No, talvez no a ellos... Tal vez me querían ver rota a mi... Querían verme de esta manera, siendo miserable y hundiéndome en un pozo. Le doy un trago y dejo que el alcohol caiga por mi garganta quemándola en el proceso. Veo a Elliot bailar con ¿Hilary?, creo que así se llama. Él me mira y me hace una clara seña de que no beba. A mí que no me joda, bebo todo lo que quiero, si es un amargado que se largue de aquí, total él es muy "maduro". Shane viene hacia mí con una sonrisa. Sonrisa que me da a demostrar el desmadre que hizo en las habitaciones de las cuales hasta ahora da el sol de ver. —No sabes a quién me he follado—dice el orgulloso y yo hago una mueca de asco. Habla de las mujeres como si fueran simples juguetes, aunque ellas saben a lo que se involucran al estar con él. —Ilumíname—susurro bebiendo un chupido hasta el fondo. —Te vez sexy bebiendo—le doy una mala mirada—está bien, me tiré a esa chica de allá—señala a una y casi escupo lo que está en mi boca al ver que es Hilary. —¿Estás seguro?—pregunto viendo como su hermano sonríe en dirección a ella. —Bebí un poco, pero sé muy bien con quien me acuesto y en donde pongo mi pe... —Entendí—murmuro. —No sé porque sigues siendo el perro faldero de Isabell—dice mirando a Lorenzo—ven y te busco acción esta noche—en contra de su voluntad se lo lleva y Lorenzo articula un nada audible "lo siento". Es difícil llevarle la contraria a Shane. Miro hacia donde se encuentra Elliot riendo. Ella se ve dulce y ahora resulta que se estaba acostado con Shane, pero mira que no es nada tranquila la niña. Esa cara tan angelical que tiene. Tu tía tiene cara angelical y es dulce, también es acusada de la muerte de tus padres. Alejo esos pensamientos y me concentro en mi objetivo de distracción. Elliot. Creo que, si lo salvo de una chica que se acostó minutos antes con su hermano y ahora coquetea con él, me lo va agradecer. Además de que necesito un favor de él para mis siguientes planes. Bebo rápidamente un trago y camino sensual por la pista. Me acerco a ellos con claras intenciones y no es de conversar. Elliot me mira y luego la mirada de mosca muerta de la tal Hilary se concentra en mí. Llego a ellos y la miro con aires de superioridad. Miro a Elliot y amarro mis brazos a cuello, miro sus ojos penetrantes y cuando sus labios se abren para decir algo lo beso. Beso sus tentadores labios siendo consciente de que una idiota con cara de mosca muerta nos mira impactada.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD