Capítulo 14

2665 Words
Si en algún momento me hubieran dicho que esto pasaría no le creería. Isaila siempre fue una de las personas más importantes en mi vida. Mi mejor amiga, la única chica que le permitía entrar en mi vida. No tengo amigas, solo amigos. Entonces los recuerdos de aquel adiós se formulan en mi mente y me entristece. Ella me abandonó cuando más la necesite. Estaba rota y ella era mi única familia. Me dejó con amigos, pero solo quería que me abrace y demuestre que ambas podíamos salir adelante. Que ambas teníamos la fuerza, que nos sostendríamos mutuamente. Ella me decepcionó cuando tomo su decisión. La miro y veo que algunas cosas han cambiado en ella. Tu piel blanca ahora es bronceada. Su pelo que siempre fue largo está corto. Y también su cuerpo se ve más de mujer. Con todos los cambios yo podría reconocerla a cinco kilómetros de distancia. Muerdo mis labios cuando siento que quiere temblar y evito sollozar. Unos brazos me protegen, no tengo que darme vuelta para saber. Son los brazos de Elliot. Ella llora mientras solo me mira, todos están en silencio esperando que reaccione, sé que esperan la actitud de una niña pequeña. Que haga unas rabietas, pero soy lo suficientemente madura como para levantar mi frente y mirarla de manera intimidante. —Isaila—mi tono fuerte y firme los sorprende a todos. Ella abre los ojos y me mira. —¡Oh Dios!—llora—ya eres toda una mujer—dice mirándome. —Y no fue gracias a ti—te recuerdo y me mira con tristeza. —Isabell, déjame hablar—suplica y la miro. —Nunca te lo he impedido—respondo con una sonrisa tensa—¿nos dejan a solas?—pregunto sin quitar la mirada de ella. —Si—susurra Alicia, la sala queda en silencio mientras ellos se marchan. Camino hasta ella y me siento en frente. —No muerdo, toma asiento—la invito. —Los siento tanto, sé que jamás me vas a perdonar, pero sé que fue lo mejor, mírate. Estás hermosa, estás nueva, eres una chica muy madura. A mi lado solo iba a causar que te pierdas y me pierda yo—susurra con voz rota—sé que fue un acto cobarde de mi parte, pero solo pensé en tu bienestar, sé que mi hermana lo habría querido de esa manera—dice mirándome—sé que jamás habría podido contigo—murmura. —Solo espere, espere que no hicieras caso a mis palabras. Que me buscaras, eras la única familia que me quedaba. Perdí a las personas más importante de mi vida, la razón de mi existir—le digo calmadamente, aunque por dentro este llorando. Sufriendo—solo quería un abrazo y un "todo va a mejorar”, pero tu decidiste por mí—ella llora y me duele verla de esa manera—desapareciste y jamás supe de ti—murmuro con dolor. —Fui una cobarde—acepta limpiando sus lágrimas—esa es una de las decisiones de las cuales son me voy arrepentir siempre—suspira mirando el hacia arriba—pero solo porque no lo intente, porque me di por vencida en el momento que tus ojos fueron fríos y me miraras con desprecio Isa—sonríe mirándome—siempre llame para saber de ti, cada día—confiesa y mi respiración queda atascada—un día dije que eres y serás siempre lo más importante en mi vida, eso no ha cambiado—dejo que su mano toque mi mejilla—siempre serás tú—dejo que una lágrima baje por mi mejilla humedeciéndola en el proceso. —Me dejaste—digo con tristeza. —Déjame enmendar mi error—me abraza y me tenso—por favor Isa, cree cuando te digo que te quiero, que sigues siendo la niña de mis ojos—lloro—perdóname cariño—recuerdo que no voy a durar mucho, no puedo irme con rencor en mi corazón. La abrazo llorando. Lloro, lloro por todo, porque esto me supera y ahora que todo parece arreglarse en mi vida, ahora que personas importantes vuelven a ella yo me tengo que ir. La abrazo hundiendo mi alma en la suya. —Te perdono—murmuro abrazándola—te quiero Is—murmuro. Sonrío y ella también. Nos pusimos al día de todos los acontecimientos de nuestras vidas. Claro que omito muchas cosas, ella no tiene por qué enterarse de la investigación. La investigación. Mi cuerpo se tensa ya que ella es sospechosa. Mañana es el día y ella está aquí. Me tenso. Puede que ella sea la asesina, quiero creer que no porque eso me destrozaría totalmente. Elliot entra y nos sonríe cuando nos ve juntas. Hace una seña y aparece toda la familia sintiéndonos. Elliot se sienta y me levanto para sentarme a su lado. Me acurruco en sus brazos para abrazarme a él bajo la atenta mirada de todos aquí. Cierro los ojos un poco porque la cabeza me duele. Ahora todo es todo sonrisas y recuerdos contados por cada uno. Me siento feliz de que tenga todo en orden. Mi pecho duele al saber que Elliot sufrirá al no encontrarme mañana. Aparto esos pensamientos lejos, solo quiero disfrutar este momento porque puede ser el último. Un beso suave de parte de Elliot queda en mi cabeza. —p**o por tus pensamientos—lo escucho susurrar. —Solo que estoy cómoda, mira qué ambiente más relajante y feliz hay aquí—él me sonríe—esto se siente tan bien, quisiera detener el tiempo—susurro despacio—pero sé que eso no se puede hacer—él asiente de acuerdo con mis palabras. —En esta vida solo nos queda disfrutar al máximo, nadie sabe lo que pase después—lo miro y sonrío. —Eso es muy cierto—concuerdo. —Creo que ya es hora de irme—dice Isaila, veo la hora y casi es media noche. —¿Dónde estás?—pregunto. —Me quedo en un hotel, ya dejé la dirección, nos vemos mañana hermosa—viene y me abraza, aprieto su cuerpo contra el mío—te quiero—besa mi frente. —Yo también—la veo despedirse. Sonrío. Todos se despiden y suben a su habitación dejándonos a Shane, Elliot y a mí. —Pichón ya me voy a dormir, no hagan cochinadas—hago una mueca de asco y él ríe besando mi frente—adiós—lo vemos alejarse y Elliot me levanta poniendo una canción de Camila Cabello suave. Creo que es All these years. Nos movemos al compás de la suave melodía, disfruto esta sensación tan de paz y tranquilidad. —Te amo—digo mientras miro su penetrante ojos. Él sonríe. —Nunca dudes que yo también—lo beso suave, tan suave y delicadamente que parece una caricia. Espero que pueda resolver todo y volver sana y salva a casa. **** Miro el reloj. Las cinco de la mañana. Suspiro y dejo todo en orden antes de salir. Camino a la habitación de Shane y Elliot. La abro despacio y los veo dormir tranquilamente. Entro y beso la frente de Shane y luego los labios de Elliot quien murmura un te amo que me hace soltar una lágrima. Salgo y suspiro. Aquí vamos, bajo y saco la moto con esfuerzo. Una cuadra lejos de casa la enciendo y arranco. Veo las calles tan conocidas para mi quedarse atrás. Miro un segundo el cielo y luego fijo mi vista en la carretera. Quiero que todo salga bien y regrese a los brazos de quienes me esperan con ellos abiertos. Marcus. Espero que me perdone alguna vez. Sé que siente cosas por mí, pero ha puesto su propia felicidad para que siempre sea yo feliz. Desde niño ha estado para mí, aún recuerdo cuando lo conocí, me enojé con él por ser un sabelotodo. Era muy frustrante creer que eras buena en algo y alguien solo aplaste eso como si nada con sus sabios conocimientos. Entonces me vengue de él y su reacción fue lo que me hizo hasta ahora ser su mejor amiga. Él se disculpó por su cerebro que todo lo sabe y me regalo la mitad de su almuerzo. Desde entonces somos como hermanos. Él siempre será especial para mí. Desde el día de que vi a Travis por última vez no lo he vuelto a ver. Quiero pensar que aún queda parte del vecino que era. Cuando pequeña él vivía frente a mi casa. Travis era un niño con aires de chico malo lo cual me tenía embobada, desde siempre he sabido que me gusta el peligro. Tal vez es una de las razones por las cuales termine en una cama con él, él era un peligro llamativo y yo solo quería probar un poco de ese peligro. Quería consumirme en ese peligro. Lorenzo. Suspiro esperando que por favor este sano y salvo, no me perdonaría jamás que le suceda algo a él. Lo conocí un día cuando Shane se apareció con él. Cuando eso Shane ers mi novio. Creo que las cosas desde siempre han sido muy difíciles para él, estar enamorado de la novia de tu mejor amigo no es nada sencillo. A pesar de todo Lorenzo jamás se me insinuó o coqueteo. Él siempre me respetó, siempre fue dulce conmigo, cariñoso y muy atento haciendo que con el tiempo se vuelva alguien especial en mi vida. Un amigo ejemplar, enamorado y rechazado. Eso es duro, pero aun así gano parte de mi corazón. Shane. Sonrío porque la relación de Shane y yo debe de ser la más extraña que hay. Desde siempre estuve enamorada de él. Recuerdo que lo veía como el padre de mis hijos y mi esposo. Él es muy especial, luego fuimos novios para al final romper porque él era un mujeriego que no podía mantener sus manos fuera de otra mujer. Eso me rompió el corazón, lo acepto, pero nuestro lazo fue más fuerte. Él es mi componente de locuras. Una persona que si salto de un precipicio me persigue sin dudar. Por cosas cono esas siempre ha tenido parte de mí. Elliot. Él chico que tiene ni mente, corazón y hormonas a su disposición. Cuando la llegó solo pensaba en cómo partirle la cabeza con un bate. Además de que quería huir, su mirada era lo suficientemente penetrante como para ponerme nerviosa. Él jugo con mi razón y pensamientos. Su aura maduro me atrajo bastante, pero lo que me cautivo es que con solo un abrazo él puede unirme. Me sentía tan rota y él armó mi corazón en un beso. Siempre me ha protegido, siempre me ha cuidado y me ha apoyado, nunca me ha dejado sola, siempre ha estado para mí, pero ahora tengo que dejarlo todo atrás. Tengo que salvar a Lorenzo, quien ha sufrido mucho por mi causa. Llego al lugar y bajo. Es una casa desierta. Suspiro y me armo de valor para entrar. Camino y me adentro, ya que, debo ayudarlo. La casa esta vieja y un poco destrozada. Me adentro un poco y la puerta se cierra. Lorenzo aparece siendo apuntado con una pistola. Quiero ir, pero si me muevo posiblemente le dispare. La puerta se cierra de golpe y eso me sobresalta. Miro por el rabillo del ojo un movimiento y son dos personas que debería prestar atención, pero escucho un murmullo y mi atención la tiene la persona que mantiene a Lorenzo aquí. —Ya déjalo, aquí estoy—él tipo lo suelta y Lorenzo corre con dificultad hasta mí. Lo abrazo y él a mí. —Debes irte, está loco—lo miro a los ojos ignorando sus palabras. —¿Estas bien?—pregunto. —Claro que lo está muñeca—él tipo quita su máscara y jadeo. Luis el hermano de Lorenzo es quien está de pie delante de mí—¿sorprendida?—pregunta con una sonrisa. —Tú... Tú eres el asesino—digo en un murmullo bajo. —Lleven a mi hermano lejos, lo dejan inconsciente en alguna carretera—dice sentándose en una silla. —No—dice él y me sujeta—déjala ir Luis—Luis hace un movimiento y los dos hombres se llevan a su hermano. Estoy shockeada. —Apuesto a que quieres saber por qué mate a tus padres—dice y toma un vaso de algo que ni idea si estaba ahí o lo trajo algunos de los hombres. Me dejo caer en el suelo sintiéndome débil, muy débil. Mi mente está en blanco mientras lo miro. —Tu tía siempre fue el amor de mi vida—dice dando un trago—años enamorado de ella, años rechazado hasta que por fin ella me dijo que si—dice mirándome—la emoción que sentí fue tan fuerte—aprieta la mandíbula—una semana siendo el hombre más feliz del mundo, pero como siempre algo o alguien hace algo para arruinarlo—dice mirándome—tus padres la mandaron a estudiar fuera del país, ella no se despidió de mí, sentí que mi mundo ya no valía nada. Quería destrozarlos, pero sabía que podía ir a la cárcel. Ya tenía puesto las carreras en ese tiempo. Un día llegaste tú y dijiste que quería correr. >> Eras la primera mujer que tenía el valor de correr en moto—sonríe recordando—me sorprendiste, eras excelente y solo tenías 15 años. Nadie había corrido como tú, te salía tan natural que me tenías embobado. Gracias a ti tuve muchas entradas de dinero, todos apostaban por ti, mi mundo mejoró—suspira y bebe un poco del vaso—tus padres se enteraron y te castigaron—eso lo recuerdo—la moto era de un amigo de tu padre. Tú la tomabas e ibas a correr. El negocio bajo y necesitaba el dinero. Te controlaba, te escapabas a correr. Tus padres se enteraron y te iban a enviar a un convento. Entonces entre yo. Los vigile y cuando tuve la oportunidad corte los frenos del coche. Los seguí esa noche y los vi volar fuera de la carretera, fue tan sensacional. >> Luego se me hizo difícil. Tú cambiaste, ya no podía controlarte como antes. Eras calculadora, una fiera, pero igual de buena con la moto. Dos años y medio después me entero que mi hermano te buscaba información, entonces empezaron las amenazas, las advertencias. Ya estabas tan cerca y siquiera lo sabías. Hablabas, compartías y reías con el asesino de tus padres—lloro sin control. —Todo esto por un maldito negocio de carreras, porque yo era tu fuente de ingresos—le digo molesta levantándome del suelo. —Si—dice mirándome—será divertido disfrutar de tu cuerpo antes de que desaparezcas de este mundo. Luego iré por tu tía quien volvió. Además, ella se marchó hace tiempo porque la tenía amenazada. Huyo en un descuido, dejándote con los Collins, creyó que jamás iría por ti—dice riendo—pensó que ella era el problema y el peligro—se aleja un poco y soy tan rápida en toma la botella del suelo y hacer que termine en su cabeza. Trato de correr, pero las puertas están cerradas. Subo al segundo piso y abro la puerta. Nada, abro todas las puertas hasta que están cerrada. La empujo hasta derrumbarla. Un jadeo se escapa de mis labios. 1 minuto y una jodida bomba estalla. —Oh Dios—susurro horrorizada. —No tienes salvación, ambos vamos a morir Isabell—veo como corre y sin importar qué abro la ventana, es muy alta esta segunda. Miro y solo faltan 10 segundos. Lloro porque ya no hay salvación salto y todo explota, siendo mi cuerpo impactar y la vida desaparecer de mi cuerpo.  
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