1: LA VIDA LEJOS DE TI

1098 Words
1: LA VIDA LEJOS DE TI Las despedidas siempre han formado parte de mi vida. Me había acostumbrado a no aferrarme a nada, pero una vez más fui débil y por más que ahora este avasallante paisaje que tanto me fascina esta frente a mis ojos, olvidarla es imposible. Estar trabajando en Saqqara siempre ha sido mi sueño, pero por supuesto, todo los sueños tienen un precio. Pase gran parte de mi vida perdido entre libros y documentales que hablaban de esta necrópolis a 30 kilómetros al sur del Cairo. Durante mis estudios de arqueología, no hacia otra cosa más que soñar con pisar este suelo, de tener la oportunidad de acompañar a los más importantes arqueólogos y egiptólogos durante sus excavaciones. Sé aun me queda demasiado por aprender, que mis nuevo camino en la universidad para convertirme en egiptólogo me acercara un poco más a ser como ellos. —Luka, ven por aquí, te quiero mostrar algo— Me dice el doctor Ibrahim quien se está convirtiendo en uno de mis mejores mentores. —Por supuesto— Respondo acercándome a él quien con muchísimo entusiasmo comienza a hablarme de la cámara que han encontrado varios metros bajo la arena y que posiblemente lleve a descubrir un nuevo complejo funerario, uno que hace años se está buscando. Los hallazgos que en demasiadas ocasiones llevan décadas hacerse, hacen que el calor sofocante sea reducido a nada. La adrenalina es tanta que me emociona al punto de querer intervenir en la excavación junto a los obreros, pero sé que aquí hay reglas que seguir, y yo como el extranjero debo respetarlas más que nadie. Me pregunto si mi abuela sentía lo mismo durante sus expediciones, si ella también tuvo que alejarse de la persona que amaba ¿Cuánto habrá costado su sueño? Esa pregunta no deja de rondarme en la cabeza. Los gritos de los excavadores anuncian que encontraron algo y una vez más me convenzo de que esto vale la pena, de que por cada hallazgo que hacemos, escribimos una nueva página en la historia del mundo, una que me fascina y de la que quiero ser parte siempre. […] Durante el día todo es emoción, esperanza, felicidad, pero luego al regresar a mi solitario hogar todo eso desaparece. Paso del antiguo mundo al más sofisticado y moderno departamento en el complejo W Residences del Cairo. Del desierto al lujo, y de la felicidad a la tristeza de haber pagado el alto precio de dejarla a ella por venir aquí. Me pregunto si un día Aiza me podrá perdonar por haber tirado a la borda los sueños que teníamos juntos. Sé que hay grandes posibilidades de haberla perdido para siempre, de que ella encuentre a alguien más y retome esos planes que yo di por terminados cuando decidí tomar este camino. Mi celular irrumpe el tren de mis pensamientos y al mirar la pantalla contesto inmediatamente —Baal, ¿Cómo estas amigo?— Respondo tratando de salir de este humor que sé perfectamente que no es bueno para mí. —Aquí voy amigo, ¿no saldrás hoy? Es viernes— Me cuestiona mientras que escucho música a todo volumen de fondo. —Hace un rato llegue de Saqqara, paso por hoy— Me excuso. Lo escucho reírse con no sé quién —De acuerdo, pero no hagas planes para mañana, iremos a un evento de mi trabajo— —¿De qué hablas? ¿Qué evento?— Presiono. —Simplemente no hagas planes— Insiste. —Baal, debo estudiar para un examen— Explico. —No hay excusas, estudia durante el día, pero a la noche vienes conmigo, debes salir— Continúa haciéndome sonreír. —Eres terco— Me quejo. —Te busco a las ocho— Concluye y supongo que no me queda más que aceptar. […] Al día siguiente: 10 de enero Debí imaginar que se trataba de un mega evento organizado por la revista en el que trabaja Baal, debí haber dicho que no. Dicen que los arqueólogos que venimos a Egipto nos volvemos un poco solitarios, que nos llevamos mejor con los muertos que con los vivos, y tal vez esto sea cierto. —¿Y qué te parece?— Me pregunta Baal mientras que toma una copa y luego me entrega otra para mí. —¿De qué se trata? ¿El cumpleaños de algún famoso?—Averiguo. —Para nada amigo, es la fiesta de un desfile. Todas aquellas mujeres que ves allí son modelos, y allí están los diseñadores. La revista cubrió la semana de desfile y nos invitaron a la fiesta— Me explica cuando de pronto mi mirada se encuentra con lo que creo que es un espejismo. —Creo que trabajar tanto en el desierto me está haciendo mal— Comento y refriego mis ojos como tratando de despertarme, pero la imagen de Aiza tomada del brazo de un hombre no desaparece. —Amigo, ¿Qué ocurre?— Cuestiona Baal. —¿Ves a esa mujer de allí?— Le respondo sin dejar de mirarla. —Si, ¿Cómo no verla? Es bellísima— Contesta divertido. —Es mi exnovia, o, mejor dicho, mi ex prometida— Sentencio y ahora puedo sentir la mirada de Baal sobre mí. —¿Qué? ¿Ella es Aiza?— Inquiere sorprendido cuando ella y esos preciosos ojos café se acercan a mí sin soltarse del brazo de ese hombre. En un acto reflejo trago saliva de manera exagerada, y después de lo que me parece una eternidad, ellos llegan frente a nosotros —Luka— Murmura ella y al mirar su mano me quedo mudo. «¿Esta comprometida?» Me cuestiono al ver el anillo. —Aiza, no esperaba verte aquí— Me limito a decir. El hombre la mira y sonríe —Mi amor, ¿no me dirás quien es?— Inquiere él y mi mundo tiembla. —Es Luka Becker-Zondervan, un amigo y arqueólogo— Responde ella y la palabra amigo me golpea más fuerte que una tormenta en el desierto. —Un gusto, soy Darío Costas, el prometido de esta belleza— Se presenta y mi peor miedo se hace realidad, la perdí. —Igualmente, si me disculpan debo ir a hacer una llamada— Miento con la única intención de alejarme de ellos y no gritarle a ella que el haberla dejado no significa que no la siga amando. Duele, claro que duele esta situación, pero una vez más me doy cuenta de que mi sueño tuvo un precio muy alto, y debo hacerme cargo de mi decisión.
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