[AIZA]
Días después: 15 de enero
Turín, Italia
Es difícil engañar a mis padres, sobre todo cuando saben que cada vez que los vengo a visitar es porque algo no anda bien. Turín es mi refugio, aunque al mismo tiempo en estos momentos se vuelve algo sarcástico dado que en esta ciudad se encuentra el museo egipcio más antiguo del mundo. Todo lo que me recuerde a los motivos por los que él me dejo me duele, pero al mismo tiempo sé que debo superarlo, sobre todo cuando él sigue siendo el mismo.
—Hija, ¿no tienes frio?— escucho que me pregunta mi madre y al voltearme la veo acercarse a mí.
—Amo este jardín, me encanta poder ver los Alpes desde aquí— menciono y bebo otro sorbo de café.
—Supongo que cuando dejas de verlos por un tiempo se vuelven majestuosos— comenta y se sienta a mi lado.
Sonrió y asiento —Papá y tú los ven todos los días, es por eso por lo que no pueden apreciar su belleza, en cambio yo los extrañaba— admito.
—¿Me dirás que has querido aquí para ver los Alpes? Perdóname, pero no te creo, tu prometido te espera en Miami, tu boda en es en unos pocos días, cualquier mujer en su sano juicio iría a pasar tiempo con él, especialmente alguien como tú que tienes poco tiempo libre— habla y si, es difícil engañar a mi madre.
—Me encontré con Luka en Egipto— resumo y al verla noto como sus ojos se abren de par en par.
—¡¿Qué?!— inquiere sorprendida.
—Nos encontramos en una fiesta, mamá… me movió el mundo entero— confieso en un susurro.
—Hija— susurra.
—Odio seguir sintiendo esto por él, es el hombre más egoísta del mundo— digo con rabia.
Mi madre respira profundo y pasa uno de sus brazos por encima de mis hombros para acercarme a ella —¿Hablaron de lo que paso?— cuestiona bajito.
Asiento —Le dije del bebé que perdí— declaro.
—¿Y qué te dijo?— averigua.
—Se enojo conmigo, discutimos… intente decirle como fueron las cosas, pero luego él me busco en el hotel y todo se salió de control— relato.
—Hija…—
—Me acosté con él mamá… le fui infiel a Darío— admito.
—Aiza— Susurra mi nombre y besa mi cabello.
Siento como las lágrimas se escapan de mis ojos —Mamá, no lo puedo olvidar, pero él no cambia, y mis sentimientos por él tampoco— expreso triste.
—¿Y qué paso después?— indaga.
—Nada, me escape de la habitación, le deje una nota diciéndole que ahora era yo quien se iba— expongo.
Mi madre se queda en silencio por un momento, y sé que ella será incapaz de recelarme por lo que hago, si hay algo que ella y yo tenemos es una increíble relación. —Hija, cariño… hay hombres con los que nos tenemos que dar por vencidas. Algunos no cambiaran jamás, y tú sabes que la vida de Luka ha sido muy complicada— aconseja.
—Mamá, yo entiendo todo eso. Entendí que encontrara a su madre tarde, que le mataran a su hermano adoptivo, entendí también que su padre biológico era alguien que cometido muchos errores… sé todo su pasado, pero nunca pude entender porque me abandono. No comprendo cómo su carrera pudo ser más fuerte que lo que él y yo teníamos. Llegue a pensar que cuando estuviera lejos después de que termináramos, él se daría cuenta de que no podía vivir sin mí y regresaría, pero eso no paso—explico.
—¿Y qué harás ahora? ¿seguirás con tu boda o lanzaras todo a la basura por Luka?— me cuestiona y debo beber otro sorbo de mi café.
—No lo sé, Darío es de ese tipo de hombres decidido. Sabe perfectamente lo que quiere conmigo, me respeta, me ama…—
—¿Y tú lo amas?— presiona.
—Si—
—Hija, me acabas de decir lo que paso con Luka, lo que sentiste— habla confundida.
—Luka no es bueno para mí, le di todo lo que fui, me quede sin nada por dárselo todo a él, pero a él no le importo—sentencio.
—¿Por qué no se lo dijiste cuando termino contigo?— pregunta.
—Porque pensé que se daría cuenta de que no podíamos estar lejos del otro, después paso lo del bebé y al darme cuenta de que nunca me busco me di cuenta de que realmente me dejo atrás—informo.
—¿Entonces?— averigua.
—Entonces lo volveré a dejar atrás, seguiré con mi vida y que él siga huyendo de la vida. Él jamás podrá construir un futuro con alguien porque usa su carrera como una maldita excusa cuando en realidad es un cobarde que no quiere aferrarse a nadie por miedo a perder otra vez— sentencio entendiendo la situación.
—¿Le dirás a Darío lo que paso?—
Respiro profundo —Él no merece que le mienta, se lo diré y él decidirá que hacer— declaro pudiendo aclarar mi mente un poco mejor.
—Es mejor así hija— susurra y me abraza.
Me acomodo un poco mejor en sus brazos y suspiro —¿Vendrán a la boda?—
—Claro que si hija, iremos— responde y sonrió a pesar de toda esta situación que estoy viviendo.