Emma
El hombre realmente tenía cojones, muy pocos se animaban a hacer eso, no eran muchos los que se acercaban para pedirle permiso a mis padres para salir. Sin embargo, todas las veces que me invitó a salir con él se habían encargado de pedir permiso para no faltarle el respeto a ninguno de ellos.
No sabía si había hecho bien su tarea y estaba al tanto de cómo funcionamos, tampoco sí solamente era una careta que ponía para que yo cayera en sus garras, no obstante, no podía negar que tenía su encanto.
Jack no era feo, sus dientes blanco por lo general estaban a la vista, tenía la mirada cálida y tranquila, habíamos pasado la primera salida hablando de sus padres y los míos, después él me comentó cómo tenía el resto de su familia fuera, algunos en Canadá otros en Europa.
Todos tenían s
