Chase La noche se dio su curso mejor de lo que esperaba mientras comíamos las hamburguesas, no parábamos de reírnos, porque lo único de lo que hablábamos era de la casa embrujada. Nos habíamos asustado y no íbamos a mentir con respecto a eso. La atracción estaba también hecha que todo el mundo se encontraba hablando de ella y no dejaban que te acercaras a menos que salieran la pareja anterior. — Yo en serio pensé que eras tú la que me había dado la mano —hablé entre risas. — Bueno, después te di la mano, pero ahora —me levante —, quiero la tortuga. Afirme y me levanté para caminar al puesto. El objetivo era simple: teníamos que derribar todas las botellas. El problema en todo esto era que claramente estaba arreglado, tenías que tener en claro dónde disparar y qué hacer para que fun